Rol de las imágenes en la evaluación de la invaginación intestinal del adulto: un estudio retrospectivo de 10 años

Artículo original: C. Gatica T, D. Hasson A, I. Díaz A, D. Barahona Z, G. Chong M. Rol de las imágenes en la evaluación de la invaginación intestinal del adulto: un estudio retrospectivo de 10 años. Radiología. 2023;65:291-97.

DOI:  10.1016/j.rx.2020.12.006

Sociedad: Sociedad Española de Radiología Médica (@SERAM)

Palabras clave: Invaginación intestinal, Tomografía computarizada por Rayos X, Intestino delgado, Adulto.

Abreviaturas y acrónimos utilizados: EII (enfermedad inflamatoria intestinal), IIA (invaginación intestinal del adulto), TC (tomografía computarizada).

Línea editorial: Radiología es la revista de la sociedad española de radiología médica, la cual se publica con una periodicidad bimestral (6 números al año). Su objetivo principal es la publicación de trabajos originales, aunque también existe espacio para comunicaciones breves, revisiones, casos en imagen, notas clínicas y críticas de libros. En el número de este mes (correspondiente a los meses de julio y agosto) se incluyen hasta 5 trabajos originales entre los que cabe destacar “Tomografía computarizada coronaria en urgencias: importancia de la experiencia del radiólogo” (una técnica de imagen cada vez más solicitada en las secciones de urgencias de los hospitales españoles) y “Prevalencia del síndrome de desgaste en radiólogos españoles” (un problema en alza debido a la alta presión asistencial a la que el radiólogo está sometido).

Motivos para la selección: De los trabajos originales que se han publicado en este número bimestral de la revista Radiología, este artículo me ha parecido de los más interesantes para presentar en el club debido a varios motivos. Primero, porque la invaginación intestinal del adulto es una patología que requiere un tratamiento quirúrgico urgente debido al riesgo de complicaciones y a la existencia de una lesión focal que actúa cómo punto guía, por lo que un diagnóstico y tratamiento precoz son claves en el manejo de la invaginación intestinal del adulto. En segundo lugar porque es una patología poco frecuente en el paciente adulto (más habitual en el paciente pediátrico), al tratarse de una entidad con la que estamos menos habituados a tratar en nuestra actividad diaria me parece interesante realizar una revisión sobre ella. En último lugar, creo que es conveniente conocer que la invaginación intestinal del adulto se asocia con mayor frecuencia a patologías graves, mientras que en el paciente pediátrico la mayoría son idiopáticas, de manera que un diagnóstico lo más certero posible es de suma importancia.

Resumen:

La invaginación intestinal conlleva la introducción de un segmento de asas de intestino delgado en el interior de otro segmento intestinal adyacente. Es una causa frecuente de abdomen agudo en el paciente pediátrico. En adultos es menos frecuente (representa 1-5% de todas las causas de obstrucción intestinal), su importancia radica en que la IIA presenta una mayor asociación a patologías orgánicas que actúan como punto de guía. El aumento de uso de diferentes técnicas de imagen para el estudio abdominal consecuentemente ha provocado una mayor detección de invaginaciones intestinales sin causa subyacente (idiopáticas).

Se pueden clasificar en: entero-entérica cuando la invaginación es de intestino delgado con intestino delgado, ileocólica cuando se introduce un segmento de íleon en el colon y colocólica cuando están involucrados dos segmentos de colon. La IIA se presenta con una sintomatología inespecífica (dolor abdominal, vómitos, diarrea) y de forma infrecuente se puede mostrar en el contexto de una obstrucción intestinal.

Las principales técnicas de imagen para la detección de las invaginaciones intestinales son la ecografía y la TC. Se han descrito varios signos ecográficos diagnósticos de invaginación: el signo del anillo cuando se identifica una estructura concéntrica formada por anillos hipoecogénicos (pared intestinal edematosa) e hiperecogénicos (grasa mesentérica) o el signo del “pseudorriñón” (en un corte longitudinal la invaginación presenta un aspecto similar a un riñón). En la TC en estadios tempranos en el plano axial se puede apreciar la configuración de “intestino dentro de intestino” (similar al signo de la diana) y en longitudinal el “signo de la salchicha”. En estadios evolucionados se identifica el signo de la “masa reniforme” cuando existe edema, engrosamiento mural y compromiso vascular del segmento intestinal invaginado.

Este artículo consiste en un estudio retrospectivo y descriptivo a partir de los informes radiológicos de un único centro a lo largo de 10 años. El objetivo del estudio es revisar la presentación clínica, estudio, evolución y tratamiento de pacientes con diagnóstico por imagen de IIA de ecografía de abdomen o TC.

Se consideraron criterios de inclusión pacientes mayores de 15 años con mención del término “invaginación intestinal” en el informe radiológico de ecografías de abdomen y/o TC en un intervalo de 10 años, obteniéndose una muestra final de 40 pacientes. Se consideró resolución espontánea en los casos con control de imagen posterior al diagnóstico (sin intervenciones quirúrgicas) que no mostraron evidencia de invaginación intestinal. Los datos clínicos registrados en la historia clínica electrónica que se utilizaron para el estudio fueron: características demográficas, manifestaciones clínicas, técnica de imagen y los hallazgos radiológicos al diagnóstico y durante el seguimiento.

El promedio de edad de los pacientes con IIA fue 40.4 años, la manifestación más frecuente fue dolor abdominal y el diagnóstico fue realizado con ecografía en un 53% de los casos y con TC en un 47%. Cabe destacar que el 10% de los pacientes no tenía sintomatología asociada lo que sugiere, al ser un hallazgo incidental, que las IIA podrían tener una incidencia mayor a la previamente reportada.

Con respecto a la etiología se obtuvieron los siguientes resultados: en un 68% de los casos no se identificó causa orgánica asociada (causa idiopática) y en un 32% (13 casos) de los casos se identificó un punto guía de los cuales 10 fueron de etiología benigna, habitualmente pólipos de distinta naturaleza, y 3 de etiología maligna. En los casos de invaginación ileocólica y colo-cólica todos tuvieron una causa orgánica identificada. Se realizaron estudios de seguimiento en 21 pacientes (20 fueron por TC y 1 por ecografía).

La ubicación más habitual de la IIA fue la entero-enteral con el 90% de los casos, frecuencia similar a series anteriores, aunque existen otras series de casos dónde la invaginación ileocólica fue la más frecuente. La IIA entero-enteral es más frecuente en el intestino proximal ya que la actividad peristáltica del yeyuno es mayor. De las IIA que se desarrollan en el colon, el 70% afectan al colon derecho.

Cabe destacar que existen signos que orientan a distinguir entre una invaginación transitoria o persistente. En ecografía se ha de reevaluar al paciente tras terminar el estudio, ya que un elevado número de invaginaciones se resuelven espontáneamente en minutos. En TC signos a favor de una invaginación persistente son: edema de pared, identificación de la cabeza de invaginación y la longitud del segmento invaginado >35-40 mm.

El signo más relevante para determinar la necesidad de cirugía fue la identificación de una cabeza de invaginación y la presencia de signos de complicación (obstrucción intestinal, líquido libre, neumoperitoneo, neumatosis intestinal, etc).

Valoración personal:

Este artículo trata de un estudio retrospectivo y descriptivo, con una organización y desarrollo de su contenido de forma clara y concisa.

Como puntos positivos me gustaría destacar que es un artículo que trata sobre una patología poco frecuente pero grave que debemos poder manejar con soltura en nuestra actividad clínica diaria, por lo que me parece un acierto la elección de esta entidad para realizar el estudio. Además, a pesar de las limitaciones del estudio que comento posteriormente, creo que es un estudio que es práctico realizar de forma retrospectiva ya que si se hiciera de forma prospectiva tendría que pasar mucho tiempo para poder obtener el número de casos necesario para el estudio al ser una entidad poco frecuente. Los propios autores reconocen en el artículo algunas de las limitaciones del estudio. Las limitaciones intrínsecas de un estudio retrospectivo (por ejemplo, el sesgo de selección). Existe un porcentaje de pacientes en los cuales no se realizó seguimiento por lo que no se pudo confirmar su desenlace/resolución. El diagnóstico de IIA fue por imagen y no por resultado quirúrgico (sólo se confirmó quirúrgicamente los pacientes intervenidos de la invaginación) por lo que no se pudo confirmar su existencia en todos los casos.

Otros puntos negativos del artículo creo que son las escasas imágenes utilizadas en el mismo y que el estudio se realiza en un único centro por lo que, en principio, no debería poseer una muestra representativa de la población general para la extrapolación de sus resultados a otros centros.

Cecilio Jiménez Relimpio

Hospital Universitario de Guadalajara, Guadalajara, R2

ceciliojimenez96@gmail.com

@ceci4617

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Publicado en Radiología, Revistas

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