Artículo original: V. Pai, C. Parra-Fariñas, F. Shaikh, A. Mallipatna, C. Zaarour, P. Muthusami, Revisión actualizada de la quimioterapia intraarterial para el retinoblastoma, Radiología, 2024, ISSN 0033-8338,
DOI:https://doi.org/10.1016/j.rx.2023https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S003383382300214X.10.003
Sociedad: Sociedad Española de Radiología Médica (@SERAM_RX)
Palabras clave: retinoblastoma, quimioterapia intraarterial, RM de órbita, radiología pediátrica, radiología intervencionista, quimioterapia.
Abreviaturas y acrónimos utilizados: Quimioterapia intraarterial (QIA). Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM). American Joint Committee on Cancer (AJCC). Clasificación Internacional para el Retinoblastoma (ICRB).
Línea editorial: Radiología fue una revista fundada en 1912 y se trata del órgano de expresión científica oficial de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM). Publica con una periodicidad bimestral (6 números al año) en dos ediciones, una en español y otra en inglés. En esta revista tienen cabida todo tipo de trabajos sometidos a un riguroso proceso de revisión doble ciego con especial interés en la publicación de trabajos originales, aunque también se publican en ella comunicaciones breves, revisiones, casos en imagen, notas clínicas y críticas de libros.
Motivos para la selección: El artículo enfatiza en la importancia de la QIA en la reducción de efectos secundarios sistémicos y en la mejora de la experiencia del paciente al ser un procedimiento ambulatorio. Además, destaca la importancia central del radiólogo en el manejo global de la patología, no solo en el diagnóstico sino también en su tratamiento.
Resumen:
El artículo revisa la evolución de la QIA infundida en la arteria oftálmica para el tratamiento del retinoblastoma, que constituye la neoplasia ocular pediátrica más común. Destaca cómo ha mejorado significativamente el tratamiento del tumor, reduciendo la recurrencia y los efectos secundarios sistémicos. La revisión abarca la historia, avances técnicos, resultados clínicos, y complicaciones potenciales del tratamiento. Se subraya la importancia de un diagnóstico preciso y rápido, así como los beneficios de la QIA como procedimiento ambulatorio, mejorando la experiencia del paciente y preservando la visión y el globo ocular.
El diagnóstico inicial se realiza con RM de alta resolución con y sin contraste intravenoso. La QIA se utiliza como tratamiento de primera línea para los casos unilaterales de los grupos B, C y D de la ICRB (cT1b y cT2 en la clasificación de la AJCC) y los casos bilaterales de los grupos D y E (cT2). Además puede utilizarse como tratamiento de segunda línea para tumores recurrentes o persistentes con o sin siembras subretinianas. En la tabla se representa la clasificación AJCC y en azul están subrayados los estadios con indicación a tratamiento a QIA.
Inicialmente desarrollada en Japón, la QIA es una técnica que ha evolucionado significativamente. Consiste en la inserción de un catéter en la arteria femoral, que se dirige hacia la arteria oftálmica, para la administración del fármaco. Para ello se suele usar un catéter guía de 4Fr con cateterismo supraselectivo de la AO proximal al ostium con un microcatéter. Es una práctica aceptada que el microcatéter no se introduzca de forma distal al ostium de la AO para evitar lesiones relacionadas con la estructura y el flujo vascular. La estenosis del ostium de la arteria oftálmica puede impedir el tratamiento.
Los agentes más comúnmente utilizados incluyen el melphalan, topotecán y carboplatino. El melphalan es el más frecuente debido a su alta eficacia y perfil de seguridad. La elección del agente depende de varios factores, incluyendo la respuesta del tumor y la tolerancia del paciente. Varios estudios han mostrado tasas de éxito altas, especialmente en ojos con enfermedad avanzada que no responden a otras terapias.
Numerosos estudios han documentado la alta tasa de éxito de la QIA. Las tasas de salvamento ocular son superiores al 70%, y en muchos casos, se logra la reducción significativa del tumor. La supervivencia libre de enfermedad también ha mejorado con este tratamiento, y los efectos secundarios suelen ser manejables, siendo raras las complicaciones graves.
En comparación con la quimioterapia sistémica y la radioterapia, la QIA ofrece ventajas significativas en términos de eficacia y perfil de seguridad. La administración local permite dosis más altas directamente al tumor con menos efectos secundarios sistémicos. La radioterapia, aunque efectiva, presenta riesgos de efectos secundarios a largo plazo, como la aparición de tumores malignos secundarios.
La QIA ha revolucionado el tratamiento del retinoblastoma, proporcionando una opción efectiva para pacientes que no responden a tratamientos convencionales. La investigación futura se centrará en optimizar las dosis, minimizar complicaciones y explorar combinaciones de agentes terapéuticos. Con la evolución continua de las técnicas y la mejora de los resultados clínicos, se espera que esta modalidad se convierta en un estándar en el manejo del retinoblastoma.
Valoración personal: Artículo interesante para los que informen neurorradiología y los neurointervencionistas, tanto para repasar el diagnóstico y la estadificación de una patología común pero poco frecuente en hospitales no exclusivamente pediátricos, como para destacar el papel clave del radiólogo en el manejo del retinoblastoma.
En los puntos negativos, la revisión se enfoca en un tratamiento radiológico que muy probablemente la mayoría de los residentes de radiología nunca llegarán a ver en su formación.
Marco Ciuffreda
Hospital Sant Pau de Barcelona
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