Artículo original: Cynthia E. Burke, BS, Owen R. Maley, MDb, Benjamin Mancini, BS, SaraPettey Sandifer, BS, Sahil Sardesai, BS, Tonya S. King, PhDc, Donald J. Flemming, MDd. Journal of the American College of Radiology, Volume 22, Issue 1, 76 – 83
DOI: https://doi.org/10.1016/j.jacr.2024.10.011
Sociedad: American College of Radiology (@JACRJournal)
Palabras clave: Cellulitis, CT, utilization
Abreviaturas y acrónimos utilizados: TC (Tomografía computarizada).
Línea editorial del número: Journal of the American College of Radiology es una revista norteamericana que pertenece a American College of Radiology, en la que se puede acceder a artículos de forma gratuita sin necesidad de suscripción. Ofrece publicaciones de temática variada, desde radiología diagnóstica, intervencionista, física médica u oncología radioterápica, siempre desde un enfoque integrador para mejorar la práctica clínica. Además aborda temas de práctica clínica y su gestión, ciencia de datos o educación para estudiantes con la finalidad de darle a la radiología una perspectiva más holística.
De entre los artículos que aparecen en el volumen del mes de enero, recomendaría uno que trata sobre la importancia de la educación para los estudiantes de medicina en el futuro de la radiología (Shaping the Future of Radiology Through Medical Student Education) y otro sobre la comunicación y la realización del informe estructurado en los hallazgos de la urgencia radiológica (Classification and Communication of Critical Findings in Emergency Radiology: A Scoping Review).
Motivos para la selección: He escogido este artículo porque considero que los criterios para la realización de TC de extremidades en caso de sospecha de infección de partes blandas son poco conocidos y por tanto no se aprovecha su potencial utilidad en la práctica clínica. Además, estas entidades patológicas pueden tener un desenlace fatal, por ello es crucial ayudar a los clínicos con pruebas de imagen correctamente indicadas y que sean rápidas y efectivas para así iniciar el tratamiento lo antes posible.
Resumen:
En este estudio se hace un análisis de la utilización de la TC ante la sospecha de patología infecciosa de partes blandas en extremidades, así como el rol que tiene esta prueba para el diagnóstico rápido de este cuadro.
La TC de extremidades es solicitada en caso de sospecha de infecciones graves de partes blandas como la fascitis necrotizante, aunque la literatura actual no apoya esta actitud ya que estas entidades se conocen mediante el diagnóstico clínico. En caso de sospecha de celulitis complicada, entre los criterios que podrían justificar la realización del TC estaría la rápida evolución del cuadro o la incertidumbre para el diagnóstico. Esto hace que según los últimos estudios se haya incrementado la demanda de dicha prueba.
El diseño de este estudio se ha basado en la recogida de todos los casos con diagnóstico clínico de celulitis a los que se les hizo también TC entre los años 2012-2021. Los criterios de inclusión fueron en diagnóstico clínico de celulitis, edad mayor de 18 años, y TC de la extremidad afectada. Los criterios de exclusión fueron sospecha de malignidad de la extremidad afectada, trauma asociado al cuadro de infección, antecedentes de infección profunda, implante de prótesis o infección primaria en otra región que no sea extremidades.
También se recogieron datos sobre los antecedentes médicos (diabetes mellitus, tabaquismo y obesidad), enfermedades dermatológicas que mimetizan la celulitis, y si los pacientes tuvieron alteración cognitiva o funcional al momento de la exploración. Después se documentaron los TC positivos a infección profunda de partes blandas (fascitis necrotizante, gangrena gaseosa, mionecrosis, piomiositis, osteomielitis, artritis séptica, bursitis, tenosinovitis infecciosa o absceso).
El estudio incluyó una cohorte de 539 pacientes, con una edad media de 55 años y de raza blanca. Un tercio era diabético, dos tercios con obesidad y 40% presentaba antecedentes de tabaquismo.
Uno de los hallazgos de este estudio es que a lo largo de los años, el uso del TC de extremidades incrementó el doble, pasando de 0,07% al 0,14%.
De toda la muestra de pacientes, un 7,9% presentaban hallazgos positivos en TC , viendose con más frecuencia en las extremidades superiores ya que son zonas con mayor riesgo a presentar cellulitis por la exposición a inyecciones de drogas u otras sustancias.
Además, una minoría de pacientes fueron examinados con radiografía antes de la realización del TC, la cual según ACR appropriateness Criteria es la mejor prueba para la valoración inicial. El TC no demostró tener mucha efectividad en el manejo quirúrgico ya que la mayoría de pacientes que se sometieron a cirugía el TC era normal. Además se vio que algunos casos diagnosticados como celulitis donde el TC era normal, resultaron ser otras patologías vasculares o dermatosis inflamatorias. Aunque la justificación del clínico para la realización del TC no es tanto confirmar el diagnóstico, sino ver que no esté evolucionando en complicaciones como la fascitis necrotizante.
Por tanto, a lo que ha llegado este estudio es que la utilización del TC no ayuda de forma notoria en el manejo de estos cuadros, y prima una buena exploración clínica aunque no siempre es posible, por patologías que mimetizan la celulitis y también por la incertidumbre de los facultativos ante casos inciertos.
Como limitación de este estudio cabe destacar que al ser realizado en un solo hospital, las conclusiones no se pueden extrapolar de forma genérica, por lo que los resultados son limitados.
Todavía no queda claro cuál es la mejor técnica de imagen ante estos casos, por lo que se necesita más investigación en este campo.
Valoración personal:
A mi parecer la lectura de este artículo es interesante ya que la TC en la celulitis es un terreno poco estudiado y nos da a conocer sobre su utilidad en el diagnóstico y manejo de las complicaciones de la celulitis e infecciones de partes blandas. Inicialmente la impresión personal que tenía era que que la TC es una herramienta importante en esta entidad y ayuda en el manejo y actitud terapéutica. Sin embargo, este artículo nos da a conocer su poca aportación, ya que no es una prueba imprescindible y lo que prima es una buena sospecha y exploración clínica. Aunque es cierto que la fiabilidad de este estudio no se puede extrapolar de forma general, y son necesarios más estudios que puedan dilucidar la utilidad de esta prueba. Otro aspecto que me ha parecido interesante es el predominio de las infecciones en extremidades superiores frente a las inferiores, debido a la mayor exposición por inyección de drogas u otras sustancias, por lo que se podría pensar que son cuadros más graves, y por ello predomine la realización de TC en estas partes del cuerpo.
Sociedad: Journal of the American College of Radiology (@JACRJournal).
Sección y órgano-sistema: Radiología de urgencias.
Técnica radiológica: TC .
Tipo de artículo: Estudio de cohortes retrospectivo.
Año de residencia recomendado: R1, R2, R3, R4.
Rihab Yousfi Jdelli
Hospital Clínico Universitario de Valencia, R2
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