Evaluación radiológica pretratamiento del cáncer de cavidad oral

Artículo original: Oral cavity cancer and its pre-treatment radiological evaluation: a pictorial review.

DOI: https://doi.org/10.1016/j.ejrad.2024.111494

Sociedad: European Journal of Radiology (@EurRadiology

Palabras clave: Oral cavity cancer; Staging; Imaging; CT; MRI; Ultrasound.

Abreviaturas y acrónimos:  

Línea editorial del número: European Journal of Radiology es una revista internacional que incluye artículos de investigación originales y revisiones acerca de los avances en el campo del diagnóstico por imagen. En este volumen se incluyen varios artículos interesantes, entre los que destacaría, además del artículo elegido, en primer lugar Risk factors for suspected pulmonary embolism in children: Complication of Mycoplasma pneumoniae pneumonia y por otra parte Should we suspect gallbladder cancer if which CT finding is observed in patients with localized gallbladder wall thickening? dentro del ámbito de Radiología Pediátrica y de Abdomen, respectivamente.

Motivos para la selección:

Aunque este número cuenta con numerosos artículos interesantes, he decidido revisar este porque me parece un tema complejo que los autores planteaban de forma resumida, esquemática y organizada, tratando de simplificar el abordaje diagnóstico de este tipo de tumores.

Resumen:

El cáncer de cavidad oral, principalmente el carcinoma escamoso, es una patología globalmente prevalente hoy en día. El diagnóstico requiere biopsia y va seguido de resección quirúrgica y reconstrucción como modalidad terapéutica de elección. Las pruebas de imagen desempeñan un papel fundamental en el proceso diagnóstico, ya que ayudan a evaluar la extensión del tumor, la afectación ganglionar y las metástasis a distancia.

Los tumores de cavidad oral pueden asentar en distintas estructuras anatómicas como son la mucosa labial o bucal, suelo de la boca, cuerpo lingual, encías o paladar duro. En Occidente las localizaciones más frecuentes son la zona ventrolateral del cuerpo lingual y el suelo de la boca, y los patrones de diseminación son particulares de cada una de las localizaciones.

En cuanto al drenaje linfático, hasta el 50% de los tumores de suelo de la boca presentan afectación ganglionar, y dado que muchas veces son metástasis ganglionares ocultas, estos tumores requieren linfadenectomía cervical bilateral con frecuencia. Los tumores de la lengua oral, en cambio, hasta en un 40% de los casos asocian ganglios positivos. Aunque hay una serie de niveles descritos de diseminación linfática, no todos los tumores diseminan siguiendo el orden establecido, como los de la parte anterior de la lengua, que pueden saltarse los niveles I y II afectando directamente al nivel III.

Las pruebas de imagen son fundamentales para el estudio de estos tumores, ya que valoran el estadiaje local del tumor (tamaño, extensión en profundidad, afectación de estructuras adyacentes) y a distancia (afectación ganglionar, metástasis). El TC y la RM son las pruebas de elección, aunque la RM ofrece una mayor resolución de tejidos blandos que el TC. El TC tiene utilidad especialmente en pacientes que no toleren una exploración tan prolongada como es la RM. La ecografía también tiene su utilidad principalmente en tumores pequeños y superficiales, aunque cuenta con numerosas limitaciones. El PET TC se reserva principalmente para el estadiaje. 

Los parámetros incluidos en el estadiaje del tumor son, como en otros tumores, T (tumor), N (afectación ganglionar) y M (metástasis). Dentro de la evaluación de la T, el tamaño tumoral y la profundidad de invasión son parámetros pronósticos importantes. En este aspecto un cambio novedoso es la sustitución del EMI (extrinsic tongue muscle invasion) por el DOI ( depth of invasion). Para calcularlo se debe trazar una línea en el borde de mucosa sana, y desde ahí tomar una medida perpendicular hasta el punto más profundo de afectación tumoral. RM, TC y ecografía son técnicas útiles para su medición.

Además del tumor, habrá que evaluar posible afectación de estructuras cercanas (afectación ósea, extensión perineural) o a distancia (N, M) que supongan un cambio en el pronóstico y planteamiento terapéutico.

Por otra parte, hay veces que las pruebas de imagen se realizan tras la realización de una biopsia. Es importante conocer los cambios esperables (cambios inflamatorios, hemorragia) y no confundirlos con hallazgos propios del tumor. No existe una evidencia clara en cuanto a la relación entre la biopsia y la realización de las pruebas de imagen.

Valoración personal:

Me ha parecido un artículo interesante, del que sobre todo destacaría el gran número de imágenes y casos clínicos que incluye y que facilitan la comprensión del texto. Por desgracia carece de tablas resumen, que en este tipo de estudios son muy útiles para no olvidar ningún aspecto por revisar. Creo que es una revisión algo superficial, que da una idea general del tema, pero echo en falta que profundice en algunos aspectos importantes. No obstante creo que es una buena revisión de un tema complejo y arduo que han sabido elaborar de forma muy clara y educativa.

Ana Lleó Balbás

Hospital Universitario de Getafe, R4. 

ana.lleo.balbas@gmail.com

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Publicado en European Journal of Radiology, Revistas

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