Artículo original: Moussa T, Assi T, Ammari S, Kasraoui I, Le Cesne A, Balleyguier C. Whole-body magnetic resonance imaging in myxoid liposarcoma: Toward a new standard?. Magn Reson Imaging. 2025;121:110422.
DOI: https://doi.org/10.1016/j.mri.2025.110422
Sociedad: N/A
Palabras clave: Metástasis ósea, Liposarcoma mixoide de células redondas, Resonancia magnética, Resonancia magnética de cuerpo entero, Sarcoma de partes blandas.
Abreviaturas y acrónimos utilizados: ACR (Colegio Americano de Radiología), CT (Tomografía computarizada), DWI (Difusión por Resonancia Magnética), ESMO (Sociedad Europea de Oncología Médica), EURACAN (Red de Referencia Europea para Cánceres Sólidos Raros en Adultos), GRE (Eco de gradiente), MLPS (Liposarcoma mixoide de células redondas), MRI (Resonancia magnética), NCCN (Red Nacional Integral del Cáncer EE. UU.), PET (Tomografía por emisión de positrones), STIR (Recuperación por inversión con tau corto), STS (Sarcoma de partes blandas), TSE (Eco de espín turbo), WBMRI (Resonancia magnética de cuerpo entero).
Línea editorial: Magnetic Resonance Imaging es una revista internacional, multidisciplinaria, revisada por pares y de acceso abierto, dedicada a los avances técnicos y a las aplicaciones clínicas de la resonancia magnética. Publica artículos que abarcan desde protocolos y física de RM hasta estudios clínicos y revisiones operativas. La revista cuenta con un CiteScore de 4.1 y un factor de impacto de 2.0, y está indexada en Scopus, Medline, SCIE, SJR y SNIP. Fundada en 1982, su editor jefe actual es John Gore (Vanderbilt University, Nashville, Tennessee, EE. UU.). La publicación tiene una frecuencia de 10 números por año.
Los artículos de este número muestran un claro énfasis en oncología y neuroimagen avanzada, destacando la RM como herramienta central para detección temprana y seguimiento de enfermedades. Se observa un uso creciente de inteligencia artificial y deep learning, especialmente en reconstrucción de imágenes, reducción de artefactos y predicción de biomarcadores, aunque muchos estudios son retrospectivos o con cohortes pequeñas, lo que limita la generalización clínica inmediata. Varias publicaciones destacan WBMRI en liposarcoma mixoide y técnicas de radiómica en cáncer de mama, aportando evidencia prometedora pero todavía preliminar. Sin embargo, algunos artículos, como los de neuroprotección y conectómica cerebral, introducen metodologías innovadoras que podrían redefinir la caracterización funcional y estructural del cerebro.
Motivo para la selección: El MLPS presenta un patrón de diseminación atípico, con alta afectación ósea y de tejidos blandos, donde las técnicas convencionales suelen ser insuficientes. Este artículo explora el potencial de la WBMRI, libre de radiación ionizante, para mejorar la detección y el manejo de la enfermedad, con impacto directo en la práctica clínica y en la formación de residentes. Además, aborda un debate relevante y práctico: si la WBMRI puede sustituir o complementar CT/PET, lo que la convierte en un tema idóneo para una crítica metodológica y para proponer estrategias de implementación clínica.
Resumen:
Esta revisión narrativa resume la evidencia sobre el uso de la WBMRI en el estadiaje y seguimiento del MLPS, un subtipo de liposarcoma con mayor propensión a metástasis óseas y extra-pulmonares, donde técnicas convencionales como PET-CT o gammagrafía ósea resultan menos sensibles.
Los autores analizan estudios retrospectivos (Seo, Stevenson, Gorelik, Gouin, Paruthikunnan) que, aunque son de tamaños muestrales pequeños, muestran consistentemente una mejor detección de metástasis óseas y de tejidos blandos con WBMRI frente a CT/PET. Por ejemplo, en series pequeñas, Seo reporta sensibilidades y especificidades de 84.6 % y 98.9 % en hueso, y 80 % y 97 % en tejidos blandos; mientras que Paruthikunnan, en 56 pacientes y 345 WBMRI, encontró que la incorporación sistemática de WBMRI modificó la conducta terapéutica en el 76.5 % de los casos con metástasis detectadas.
Se describen protocolos preferentes (Lecouvet et al.) que incluyen cobertura de vértice a muslos, secuencias T1 TSE/GRE DIXON, STIR, T2 DIXON coronal/axial y DWI axial con al menos dos b-valores, destacando la utilidad de STIR para acortar tiempos de cribado óseo.
Se discuten ventajas (mayor resolución de hueso y tejidos blandos, ausencia de radiación) y limitaciones (accesibilidad, coste, duración del examen, claustrofobia, artefactos metálicos). Los autores concluyen que la WBMRI constituye una opción plausible para estadiaje y seguimiento del MLPS, aunque subrayan la necesidad de validación prospectiva multicéntrica y de estandarización de protocolos y frecuencias de vigilancia.
Valoración personal:
El artículo plantea un punto válido: en subtipos con alto riesgo de metástasis óseas poco visibles con métodos convencionales, la WBMRI es una opción atractiva por su sensibilidad y ausencia de radiación. El problema es que el tono resulta excesivamente optimista. La evidencia en la que se apoya es sobre todo retrospectiva, de un único centro y con series pequeñas, lo que limita mucho el peso de sus conclusiones. Dicho de otro modo: hay señales interesantes, pero no lo suficiente como para declarar a la WBMRI como nuevo estándar ni para desplazar al PET-CT.
El trabajo describe con detalle protocolos y ventajas teóricas, pero carece del análisis crítico necesario para respaldar una recomendación práctica. No revisa de forma sistemática el riesgo de sesgo, no ofrece una síntesis clara de tasas de falsos positivos y negativos, y tampoco valora el impacto real sobre desenlaces clínicos ajustando por factores como el lead-time bias en supuestas mejoras de supervivencia. También queda escueta la discusión sobre costes, disponibilidad y consecuencias de hallazgos inciertos que pueden llevar a pruebas adicionales o biopsias innecesarias.
En resumen, el interés clínico es indudable, pero la solidez de la evidencia es baja a moderada. Lo razonable es prudencia antes de pensar en una implementación generalizada.
Puntos fuertes:
- Tema clínico altamente relevante, con aplicabilidad directa en centros de referencia de sarcomas.
- Revisión clara de la bibliografía disponible, incluyendo series representativas y protocolos publicados.
- Propuesta de protocolo razonable (T1 DIXON + STIR + DWI), útil como punto de partida para la estandarización local.
- Destaca ventajas clínicas reales: mejor resolución ósea y de tejidos blandos, y ausencia de radiación, argumentos especialmente importantes en pacientes jóvenes o en seguimiento prolongado.
- Identifica un vacío real en las guías y enfatiza la necesidad de validación prospectiva, preferible a la adopción acrítica de la técnica.
Puntos débiles:
- Diseño del artículo: revisión narrativa sin metodología sistemática documentada (criterios de selección, búsqueda reproducible, evaluación formal del riesgo de sesgo).
- La evidencia citada es mayoritariamente retrospectiva, monocéntrica y con tamaños pequeños, lo que implica alto riesgo de sesgo por selección y limitada la validez externa.
- No se cuantifica de forma agregada la tasa de falsos positivos ni el impacto de hallazgos indeterminados en procedimientos invasivos (como biopsias o cirugías innecesarias).
- Heterogeneidad de protocolos en los estudios citados (secuencias, b-valores, cobertura anatómica), dificultando recomendaciones operativas estandarizadas.
- Escasa discusión sobre coste-efectividad, duración de las secuencias y carga logística.
- Ausencia de análisis robusto por subgrupos (por ejemplo, porcentaje de células round cell, localización primaria del tumor) que podría orientar qué pacientes se benefician más de la WBMRI.
Valentín Moratalla Sasu
R3, Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid
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