Artículo original: Bernheim A, Grunhut J, Tang A, Gofur E, Thai J, Mehta V, et al. Should Radiologists Comment on Incidental Findings of Vascular Calcifications Found on Abdominal/Pelvic CT in Patients Less Than 50 Years of Age? Acad Radiol. 2020;27(8):1057-62.
DOI: https://doi.org/10.1016/j.acra.2019.10.013
Sociedad: Association of University Radiologists (@AURtweet)
Palabras clave: CT, atherosclerotic calcification, lipid panel, cardiovascular disease, incidental.
Abreviaturas y acrónimos: COVID-19 (coronavirus disease – 19), TC (tomografía computarizada), LDL (lipoproteínas de baja densidad), HDL (lipoproteínas de alta densidad).
Línea editorial del número: Academic Radiology es una revista de alto impacto que en el número de agosto de 2020 presenta varios artículos interesantes. Dentro de los artículos de investigación destaca el que he elegido para esta revisión, pero también presenta artículos llamativos sobre el futuro de la radiología en esta etapa de COVID-19 tanto a nivel del futuro de la formación de los nuevos residentes como de las opciones del trabajo en remoto, que tratan temas de actualidad y que os invito a leer.
Motivos para la selección: Al ser este uno de los primeros estudios de investigación que correlaciona las calcificaciones vasculares abdominopélvicas en pacientes jóvenes con el riesgo cardiovascular, me ha parecido interesante ahondar en este tema para valorar la correlación entre estos hallazgos y la repercusión clínica de nuestros informes.
Resumen:
Cada vez se realizan más pruebas complementarias, entre ellas la TC abdominopélvica, y esto conlleva a observar hallazgos incidentales que en algunos casos generan un mayor número de pruebas complementarias innecesarias. Sin embargo, algunos de estos hallazgos se correlacionan con una enfermedad que puede afectar potencialmente a la morbimortalidad de los pacientes.
En el caso de las calcificaciones incidentales abdominopélvicas, no existe un protocolo de actuación bien definido. No obstante, se conoce que las calcificaciones arteriales macroscópicas son la evidencia de una patología ateroesclerótica subyacente, y por lo tanto es un marcador del riesgo cardiovascular. Aunque se ha demostrado que las calcificaciones aórticas se correlacionan con el riesgo cardiovascular en pacientes de edad media-avanzada con factores de riesgo cardiovascular, no se ha demostrado esa correlación en pacientes jóvenes y hay poca información aplicable a la práctica diaria sobre dichos hallazgos. En pacientes jóvenes las calificaciones suelen ser asintomáticas y pueden o no, asociar factores de riesgo cardiovascular.
Se trata de un estudio de cohorte retrospectivo, unicéntrico, de pacientes con TC abdominopélvica sin o con contraste realizada de urgencia con una edad de 25 a 50 años. Se analizaron las TC para valorar la presencia o ausencia de calcificaciones, y se clasificaron de forma dicotómica (con/sin calcificaciones).
Después, dos radiólogos analizaron a simple ciego las características de las calificaciones y su extensión. Según esto, se clasificó la carga de las calcificaciones de la siguiente manera:
- Pequeñas: puntiformes, que ocupan una sección axial menor de 5 mm.
- Grandes: en coraza, curvilíneas, globulares o que ocupan de forma consecutiva dos o tres secciones gruesas.
- Independientes: cualquier calificación que ocupase más de cuatro secciones axiales consecutivas.
Según estos hallazgos se dividió en:
- Leve: 1-3 calcificaciones pequeñas o 1 grande.
- Moderado: 4-6 calcificaciones pequeñas o 2-3 grandes.
- Severo : > 6 calcificaciones pequeñas o > 3 grandes.
También se clasificaron según la localización:
- Arterias pélvicas: ilíaca externa, ilíaca interna, femorales comunes.
- Arterias abdominales: tronco celíaco, mesentérica superior, renales e ilíacas comunes.
- Aorta.
Estos pacientes se siguieron durante 6 años y se evaluó la aparición de infartos de miocardio, ictus, paros cardíacos o mortalidad y se asoció con el panel de lípidos, el hábito tabáquico y enólico.
De 1410 pacientes, 732 presentaban calcificaciones arteriales. Se obtuvieron datos sobre el sexo, edad, diabetes, tabaquismo y panel de lípidos. Aquellos que no presentaban el perfil lipídico completo fueron excluidos. La cohorte final fue de 269 paciente con calcificaciones y 250 sin calcificaciones, homogéneamente distribuidos en sexo y edad.
Se analizaron los datos mediante un estudio estadístico, según la presencia o no de calcificaciones con los grupos de colesterol, LDL, HDL y triglicéridos. Se realizó un análisis por subgrupos según el grado de calificación (leve, moderado o severo). El análisis demostró una tendencia al alza en el nivel de colesterol, LDL y triglicéridos, así como un nivel menor de HDL.
Dentro de los resultados, 22 pacientes fallecieron en el grupo de los que presentaban calcificaciones y además, fueron 7 veces más propensos a presentar un infarto de miocardio y 3.5 veces más propensos a presentar un ictus.
Los resultados demostraron la correlación estadísticamente significativa entre las calcificaciones arteriales en pacientes de entre 25 y 50 años con la hipertrigliceridemia, el descenso del HDL y el mayor aumento de los riesgos cardiovasculares. Se conoce que la fisiopatología de la aterosclerosis inicia en la juventud, y no solo se correlaciona con la aterosclerosis coronaria y los eventos cardiovasculares, sino que también hay estudios que sugieren la asociación de la calcificación de aorta abdominal con las enfermedades cardiovasculares.
El estudio también muestra que estos pacientes suelen ser hombres, diabéticos y con antecedentes personales de tabaquismo o alcoholismo, en concordancia con lo observado en pacientes de edad más avanzada.
Aún quedan muchas cuestiones por esclarecer, por lo que este estudio debe servir para futuros análisis. Aún así, varios estudios apoyan esta hipótesis, por lo que parece razonable considerar que, dada la importancia de la mortalidad por eventos cardiovasculares, los radiólogos sean los primeros en identificar estos hallazgos e incluirlos en el informe radiológico.
En conclusión, el estudio demuestra la correlación entre las calcificaciones ateroescleróticas observadas en TC abdominopélvicas en pacientes jóvenes y la elevación de los triglicéridos, el descenso del HDL y el aumento del riesgo de sufrir eventos cardiovasculares.
Valoración personal:
Me parece un estudio interesante sobre unos hallazgos incidentales que podrían actuar como biomarcadores. Como radiólogos debemos informar y ayudar a la prevención secundaria de los eventos cardiovasculares, y aunque presenta ciertas limitaciones (retrospectivo en un único centro, la falta de homogenediad en las analticas obtenidas, la falta de información sobre la medicación de cada paciente, y un esquema de clasificación de calcificación de los hallazgos que podría ser subjetivo) este estudio nos debe orientar hacia una posible correlación entre los hallazgos de TC y la enfermedad cardiovascular. Además, se trata de un método simple que junto a una adecuada orientación clínica y analítica se puede integrar en la práctica clínica de rutina para detectar a aquellos pacientes que requieran una mayor prevención de eventos cardiovasculares.
Laura Ortiz Evan
Complejo Hospitalario de Cáceres, R3
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