Artículo seleccionado: Rhodes NG, Johnson TF, Boyum JH, Khandelwal A, Howell BD, Froemming AT, et al. Radiology of intra-aortic balloon pump catheters. Radiol Cardiothorac Imaging. 2022;4(2):210-20.
DOI: 10.1148/ryct.210120
Palabras clave: percutaneous, cardiac, vascular, aorta, anatomy, cardiac assist devices, catheters.
Abreviaturas y acrónimos utilizados: TC (tomografía computarizada), RX (radiografía simple).
Línea editorial del número: De entre los artículos del apartado de Cardiothoracic imaging que la revista Radiographics publica en el mes de abril-mayo destacan diferentes lecturas acerca de la patología cardiotorácica (como las características por imagen de la bronquitis linfática plástica, los predictores en RM de remodelación cardiaca y marcadores pronósticos en miocardiectomías, o la relación entre hepatoesteatosis y las placas de ateromatosis en la angio-TC coronaria). Además, existen pequeños subapartados en los que se expone una opinión personal de un experto en el tema tratado, como es el caso de las limitaciones de los estudios observacionales sobre la aspirina en la prevención primaria y la necesidad de ensayos aleatorios.
Motivo para la selección: Los dispositivos de balón intraaórticos son relativamente poco frecuentes, y por ello, no muy conocidos por una parte de los profesionales que nos dedicamos a la radiología médica, a pesar de lo fundamental que resulta un correcto funcionamiento de los mismos (pueden acarrear graves disfunciones cardiacas por un mal desempeño de sus funciones). Es por ello que opino que es útil para la práctica diaria revisar los datos radiológicos que nos orientan hacia una buena localización de estos balones y los posibles “pitfalls” que nos puedan confundir a la hora de valorar alteraciones en los mismos.
Resumen:
Los dispositivos de catéter con balón intraaórticos son dispositivos encaminados a mejorar la poscarga cardiaca. Son en su mayor parte radiolúcidos por lo que no son visibles en las radiografías. En la actualidad suelen fabricarse con 1-2 marcadores radiopacos para facilitar la identificación de su localización tras su colocación. El más importante es el marcador situado en la porción más distal del catéter, que va a delimitar el extremo más alejado del balón. El 2º marcador es opcional, se sitúa en el extremo proximal del balón y delimita junto con el marcador distal toda la extensión del balón.
Existen otros tipos de marcadores que poseen diferentes densidades dependiendo de si se encuentran en el extremo distal o proximal del globo, por lo que facilitan determinar cuál es cada extremo e intuir la vía de acceso por la que se ha introducido el dispositivo.
Este balón se puede introducir mediante un acceso femoral (el más habitual) o un acceso axilar. En el acceso femoral, el extremo distal debe quedar distales al arco aórtico, en la aorta torácica proximal, 1 cm por debajo del botón aórtico y por encima o a nivel de la carina. Esto reduce la poscarga y evita que el balón ocluya las arterias de los troncos supraaórticos (principalmente la arteria subclavia izquierda). En la actualidad no existe un consenso sobre dónde debe asentar el marcador proximal, solo se ha establecido que debe evitar la salida del tronco celíaco y la arteria mesentérica superior (normalmente debe, en la medida de lo posible, situarse por encima de L1-L2).
El acceso axilar es mucho menos frecuente, normalmente utilizado en pacientes en espera de trasplante cardiaco. Es importante tener en cuenta que en este caso la posición de los marcadores se invierte (el proximal sería el que se colocaría 1 cm por debajo del botón aórtico y el distal en aorta torácica distal-aorta abdominal proximal).
Es importante que quede reflejado en la historia clínica qué tipo de dispositivo se ha colocado y dónde se ha anclado, de cara a posteriores controles. A la hora de valorar el posicionamiento también es importante tener en cuenta que muchas veces la Rx de tórax muestra una porción demasiado pequeña del abdomen, pudiendo no identificarse el extremo proximal del catéter.
Entre las complicaciones y posibles “pitfalls” de cara a la identificación del balón encontramos:
- Migración de uno de los extremos del catéter a arterias de menor calibre (tronco braquiocefálico derecho o subclavia izquierda principalmente). Este fenómeno puede producir clínica neurológica por oclusión de la arteria y puede ser difícil su identificación ya sea por confundir el marcador radiopaco con un clip quirúrgico. Esto se acentúa aún más cuando la radiografía no incluye un área significativa del abdomen y no se consigue objetivar el otro marcador o se da por hecho que el material radiopaco se encuentra en el área no visualizada. Hay que sospecharlo siempre en pacientes con imágenes parecidas a clips, pero que se han sometido a la implantación de un balón intraaórtico (al ser intravascular no se colocan clips quirúrgicos en el tórax).
- Malinterpretación del marcador radiopaco: en algunos casos es posible confundir el extremo proximal o el distal del balón. Esto sucede si no se conoce el abordaje de la intervención (axilar o femoral). Puede conducir a pensar que la colocación del marcador es correcta o errónea. Por ello es importante que quede recogido en la historia clínica el procedimiento realizado.
- El plegamiento del balón en su totalidad sobre sí mismo produce una aproximación de los marcadores, lo que puede hacer que se confunda uno de ellos con un clip paramediastínico. Al igual que en el caso de la migración del balón, una correcta historia clínica, así como la ausencia de visualización de otra marca permiten orientar la malposición.
- Plegamiento de solo uno de los extremos del globo, produciendo una reducción de la distancia entre los marcadores. Se diagnostica objetivando el acercamiento y movilidad de uno de los extremos, permaneciendo el otro fijo en la posición correcta.
Valoración personal:
El artículo es bastante sencillo y de lectura fácil, aunque a veces pueda existir confusión en la nomenclatura de los marcadores, derivado todo ello de los diferentes abordajes de colocación del balón. A pesar de ello se exponen casos radiológicos reales y esquemas muy ilustrativos, que facilitan enormemente la comprensión de los conceptos.
José María Lara Torres
Hospital Universitario de Getafe, R3
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