Artículo original: Salehi A, Abedi A, Balakrishman, Gholamrezanezhad A. Coronavirus Disease 2019 (COVID-19): A Systematic Review of Imaging Findings in 919 Patients. AJR Am J Roentgenol. 2020;215:87-93.
DOI: https://doi.org/10.2214/AJR.20.23034
Sociedad: American Journal of Roentgenology (@ARRS_Radiology)
Palabras clave: coronavirus, COVID-19, CT scan, influenza, 2019-nCoV, outbreak, pneumonia, radiology, systematic review, viral.
Abreviaturas y acrónimos utilizados: WHO (World Health Organization), COVID-19 (enfermedad por coronavirus) CT (tomografía computarizada), RT-PCR (transcription polymerase chain reaction), GGO (ground glass opacification).
Línea editorial del número: El número de junio de la revista AJR consta de un total de 51 artículos, centrándose especialmente en la enfermedad COVID-19 en la imagen torácica y mayoritariamente en el papel y la importancia de los hallazgos radiológicos en el estudio de TC. También resulta interesante reseñar un artículo en el sección de digestivo sobre la utilización del contraste en los casos de sospecha de isquemia intestinal, y dos artículos en la sección de musculoesquelético sobre patologías poco habituales como son el fibroblastoma desmoplásico y las lesiones neoplásicas costales.
Motivos para la selección: La enfermedad por coronavirus ha puesto de manifiesto un antes y después en la sociedad que conocíamos hasta ahora, generando un impacto difícilmente cuantificable en las áreas más variadas de la vida humana. La dificultad inicial en el diagnóstico de la enfermedad ante la falta de pruebas de detección precoz, evidenció la importancia de los hallazgos radiológicos en su inicial valoración. Tanto los estudios radiológicos simples (Rx tórax), como fundamentalmente las exploraciones mediante tomografía computarizada, evidenciaron ser un punto clave en el momento inicial de una correcta evaluación de los pacientes con sospecha de padecer la infección por parte de los servicios de urgencias de los centros hospitalarios. Por este motivo me pareció muy interesante y oportuno esta revisión sobre la evidencia actual de su papel ante la sospecha clínica de infección por COVID-19 y su posterior evolución.
Resumen:
El 31 de diciembre del año 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) notificó el primer caso de un paciente con neumonía con origen desconocido en la ciudad china de Wuhan. El 7 de enero de 2020, el nuevo coronavirus de 2019 (2019-nCoV; posteriormente renombrado como coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo [SARS-CoV-2]) se confirmó como la causa de numerosos casos reportados, y el brote fue subsecuentemente denominado enfermedad por coronavirus (COVID-19). La OMS declaró que el brote era una emergencia de salud mundial el día 30 de enero de 2020. Hasta el 20 de febrero de 2020, se habían reportado un total de 75,761 casos y 2130 muertes en más de 30 países.
Debido a la afectación primaria del sistema respiratorio, la tomografía computarizada (TC) de tórax se recomendó encarecidamente en casos sospechosos de COVID-19. Esta revisión sistemática intenta identificar las características de TC de la nueva neumonía viral de extremada gravedad y rápida propagación, así como resumir los hallazgos clave de imágenes en diferentes etapas de la enfermedad y definir la evolución de los hallazgos de TC asociados con la progresión de la enfermedad o mejora clínica.
Se incluyeron en la revisión final 30 estudios que constaban de un total de 919 pacientes. Todos los estudios incluidos fueron de China, excepto uno procedente de Corea. La modalidad de imagen fue TC de tórax en todos los estudios, aunque ocasionalmente se informaron hallazgos inespecíficos de radiografía de tórax.
1. Manifestación de TC de tórax
Las manifestaciones de TC más objetivadas fueron la opacificación en vidrio esmerilado alrededor del 88.0%, la afectación bilateral (87.5%), distribución periférica (76%) y la afectación multilobar en aproximadamente el 78% de los pacientes. Otros hallazgos de la TC incluyeron engrosamiento septal interlobular, bronquiectasia, engrosamiento pleural y afectación subpleural. El derrame pleural, el derrame pericárdico, la linfadenopatía, la cavitación y el neumotórax fueron menos comunes.
Se notificaron anomalías en la TC sugestivas de neumonía en el 100% de los pacientes, entre los cuales el 98% de los casos mostraron afectación pulmonar bilateral.
Los hallazgos de TC más comunes observados en estos pacientes con necesidad de ingreso en UCI fueron la opacificación en vidrio esmerilado con engrosamiento septal reticular o interlobular y patrón en vidrio esmerilado con la combinación de opacidades consolidantes. Se informaron broncogramas aéreos en el 80% de estos pacientes. La participación de múltiples lóbulos, particularmente los lóbulos inferiores con una distribución periférica o posterior (o ambos), se informó en la mayoría de estos pacientes.
2. Hallazgos de TC según la etapa de la enfermedad
Por lo que respecta a la cronología de la infección, se decidió clasificar los hallazgos característicos de TC de COVID-19 en cinco estadios temporales como etapas ultra temprana, temprana, rápidamente progresiva, consolidativa y de resolución. Durante la etapa ultra temprana (asintomática, 1–2 semanas después de la exposición), la TC puede mostrar patrón en vidrio esmerilado focal simple o múltiple, opacidades consolidadas parcheadas, nódulos pulmonares rodeados por patrón en vidrio esmerilado y broncogramas aéreos.
En la etapa temprana, los hallazgos de la TC incluyen patrón en vidrio esmerilado único o múltiples, o patrón en vidrio esmerilado combinado con engrosamiento septal interlobular.
En la etapa de progresión rápida (días 3–7 de presentación sintomática) los hallazgos de la TC incluyen opacidades consolidadas grandes y ligeras y broncogramas aéreos.
Durante la etapa de consolidación (segunda semana de presentación sintomática), se pueden ver reducciones en la densidad y el tamaño de las opacidades consolidativas. Aproximadamente 2 a 3 semanas después del inicio, la TC puede mostrar opacidades consolidadas parcheadas dispersas, opacidades reticulares (denominadas «opacidades en forma de banda»), engrosamiento de la pared bronquial y engrosamiento de los tabiques interlobular.
Los hallazgos de la TC fueron más prominentes el día 10 de la enfermedad. Después del día 14, se evidenció una clara mejoría en los hallazgos radiológicos en el 75% de los pacientes.
3. Presentación TC según grupos de edad
Atendiendo a los diferentes grupos de edad, se constató un patrón en vidrio esmerilado en el 77% y opacidades consolidadas en el 23% de los pacientes menores de 50 años. Sin embargo, en pacientes mayores de 50 años, se reportó patrón en vidrio esmerilado en el 55% y opacidades consolidadas en el 45% de los pacientes. Las diferencias en las tasas sobre el patrón en vidrio esmerilado y las opacidades consolidadas fueron estadísticamente significativas entre los grupos de edad (p <0,001). Los hallazgos atípicos también se informaron con mayor frecuencia en pacientes mayores.
Conclusiones
Esta revisión sistemática se realizó para identificar los hallazgos de imagen clave de COVID-19 y presentar la evidencia más reciente publicada en este período temprano del brote.
Las características de imagen conocidas de la TC inicial en los casos de COVID-19 incluyen patrón en vidrio esmerilado bilateral multilobar con una distribución periférica o posterior, principalmente en los lóbulos inferiores.
La mayor gravedad de los hallazgos de la TC, fueron visibles alrededor del día 10 después del inicio de los síntomas, constatando una mejoría clínica que generalmente ocurre después de la segunda semana de la enfermedad e incluyen la resolución gradual de las opacidades consolidadas y la disminución del número de lesiones y lóbulos involucrados.
La correlación entre los hallazgos de la TC y la gravedad y mortalidad de la enfermedad se puede concluir a partir de varios estudios. En pacientes gravemente enfermos, los hallazgos de TC más comúnmente reportados fueron la afectación bilateral y multilobar y las opacidades consolidativas subsegmentarias.
Una combinación de TC de tórax y pruebas de laboratorio repetidas resulta imprescindible para el diagnóstico de COVID-19 en el contexto de una fuerte sospecha clínica, incluidos los individuos que muestran manifestaciones clínicas típicas y aquellos con antecedentes de exposición reciente.
Valoración personal:
Dado el contexto epidemiológico actual en el que nos situamos, este artículo me parece muy útil y relevante científicamente, con potencial aplicabilidad en el futuro a la práctica clínica de esta importante patología.
El punto fuerte de la revisión es su buena estructuración que permite repasar de manera concisa los diferentes hallazgos radiológicos en TC así como diferentes aspectos relacionados con las características radiológicas en función del grupo de edad de los pacientes y el momento cronológico de la infección.
Como ya reflejan los autores en el artículo, el principal punto débil es el pequeño tamaño muestral del estudio que sin embargo permite sacar conclusiones estadísticamente significativas acerca de los diferentes hallazgos radiológicos. En mi opinión, en algunos momentos el texto es algo repetitivo. Sin embargo, las ideas finales quedan lo suficientemente claras.
Juan Ramón y Cajal Calvo
Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, R3
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