Correlación entre la ecografía torácica y los hallazgos en TC de tórax en la estimación del daño pulmonar causado por COVID-19

Artículo original: Rizzetto F, Perillo N, Artioli D, Travaglini F, Cuccia A, Zannoni S, Tombini V, Di Domenico SL, Albertini V, Bergamaschi M, Cazzaniga M, De Mattia C, Torresin A, Vanzulli A. Correlation between lung ultrasound and chest CT patterns with estimation of pulmonary burden in COVID-19 patients. Eur J Radiol 2021;138:109650.

Sociedad: N/A.

DOI: https://doi.org/10.1016/j.ejrad.2021.109650

Abreviaturas y acrónimos utilizados: COVID-19 (coronavirus disease 2019), IQR (interquartile range), LUS (lung ultrasound), NLR (negative likelihood ratio), PLR (positive likelihood), SARS-CoV-2 (severe acute respiratory syndrome coronavirus 2), SE (sensibilidad), SP (especificidad), %WALV (well-aerated lung percentage).

Palabras clave: COVID-19, lung, ultrasonography, tomography, X-ray computed, diagnostic techniques and procedures

Línea editorial del número:  El número de mayo de 2021 de la revista European Radiology consta de 43 artículos con gran pluralidad. El grueso de la información publicada en este número han sido artículos relacionados con el aparato digestivo, con un total de 13, con el hígado y el recto como órganos diana y la tomografía computarizada, así como la resonancia, como técnicas de estudio protagonistas. Asimismo, el tema de mayor peso en esta sección ha sido el tumoral. Incluso en el apartado de intervencionismo, que consta de dos artículos, uno de ellos trata sobre la ablación por radiofrecuencia en el carcinoma hepatocelular y los factores de riesgo de recurrencia tras el tratamiento.

Se han publicado cinco artículos sobre patología pulmonar, versando tres de ellos sobre COVID-19. Uno de ellos evalúa los informes estructurados que se han formulado con el objetivo de informar pacientes COVID-19 en el marco de la pandemia, y los compara con los informes radiológicos convencionales; otro de estos artículos realiza un estudio comparativo entre los hallazgos por tomografía computarizada y las pruebas de función respiratoria en pacientes con afectación grave por el virus; el último, y elegido para esta revisión, compara los hallazgos por imagen encontrados en ecografía torácica con respecto a la tomografía computarizada.

En neuroradiología el protagonista ha sido el glioma, con dos artículos de un total de tres. En uno de ellos se trata de un estudio con 36 pacientes, con diagnóstico de glioma confirmado, con el objetivo de evaluar el rendimiento diagnóstico del mapeo por resonancia magnética en la estadificación de los gliomas difusos. El otro artículo expone la incorporación de la tomografía computarizada espectral como método complementario en la evaluación preoperatoria de los mismos. 

Motivos para la selección

Con respecto a este artículo, me parece interesante analizarlo en este momento de la pandemia, con conocimientos más cimentados sobre la COVID-19 y su expresión en imagen; también en este momento de la radiología, con la ecografía como técnica que va extendiéndose lentamente hacia otras especialidades. 

Resumen:

La tomografía computarizada (TC) ha jugado un papel central en la estadificación de la severidad de la COVID-19. La distribución de la afectación pulmonar, habitualmente periférica, convierte la ecografía en una herramienta útil; asimismo, es un estudio rápido, no invasivo y posible en pacientes no trasladables. Estos factores han contribuido a su uso en el diagnóstico y la monitorización de pacientes con infección por SARS-CoV-2. 

Por otro lado, los hallazgos en ecografía no son específicos y son extensibles a otras enfermedades, como las líneas B o las consolidaciones. La limitada ventana acústica limita su utilidad a las zonas más periféricas. 

Material y métodos

El propósito de este estudio es determinar la correlación entre la ecografía torácica y los hallazgos encontrados por TC en pacientes infectados, valorando de este modo la rentabilidad diagnóstica de la ecografía para clasificar la gravedad de la COVID-19.

El análisis de datos fue recogido por el Real Statistic Resource Results con un total de 219 pacientes incluidos en el estudio (escogidos entre marzo y abril de 2020). La mayoría de ellos presentaban comorbilidades cardiovasculares y renales previas. La mediana de tiempo entre el establecimiento de los síntomas y los estudios por imagen fue de 7 días (IQR: 5−10 días). Los hallazgos fueron analizados por radiólogos expertos en radiología torácica.

Se dividieron las áreas pulmonares periféricas en regiones anteriores y posteriores. En lo referente a la TC, estas zonas periféricas fueron estudiadas de acuerdo a una escala de severidad (puntuando de 0 a 3), según los patrones definidos por la Sociedad Fleischner, como normal (0 puntos), vidrio deslustrado (1 punto), patrón en empedrado (2 puntos) y consolidación (3 puntos). Las zonas con más de 0 puntos fueron definidas como TC positivas.

En lo referente a la ecografía torácica, se consideraron tres regiones (superior, media e inferior), cada una de ellas dividida en anterior y posterior. La escala de gravedad siguió los mismos parámetros numéricos que en la utilizada en TC: normal o líneas A (0 puntos), líneas B separadas (1 punto), líneas B coalescentes (2 puntos) y consolidaciones (3 puntos).

Resultados

Todos los pacientes mostraron afectación pulmonar en TC. Solo 2 (1%) tuvieron afectación exclusivamente central. La mediana del número de zonas positivas para TC fue 9 (IQR: 6–11), la mediana de hallazgos de la escala severidad para TC fue 13 (IQR: 9–18), siendo mayor en las regiones posteriores. El acuerdo inter-lectores para la escala de severidad de la TC fue excelente, de 0.84 (95 %CI: 0.75− 0.90). La mediana del número de zonas ecográficas positivas fue 8 (IQR: 5− 10) y la mediana en la Escala de Severidad de ecografía fue 12 (IQR: 6–17). La ecografía falló en detectar afectación pulmonar en sólo 2 pacientes (1%), mientras que clasificó correctamente al resto

La SE y la ES de la ecografía en la evaluación de cada campo pulmonar, de forma independiente, fue del 75% (IC 95 %: 73–77 %) y 66 % (IC 95 %: 63–70 %), respectivamente. Asimismo, mostró una SE significativamente mejor para las zonas posteriores (87%) de campos medios e inferiores que en zonas anteriores (66%). La mayor SE de la ecografía en las zonas posteriores podría explicarse por la mayor gravedad de las lesiones en esta localización, dado que suele ser la primera región afectada por la enfermedad. 

Además, la revisión de la disparidad entre TC y ecografía reveló que en casi todos los casos había anomalías pulmonares subyacentes. La SE y ES generales en todas las zonas pulmonares fue de 77% (1539/1991; IC del 95%: 75-79%) y 86% (550/637: IC del 95%: 83-89 %). 

Un total de 121 pacientes presentaron 0 puntos en TC, siendo positivos en la ecografía. De todos ellos, se confirmaron falsos positivos ecográficos en 8 pacientes. El resto de los 113 pacientes presentaban alteraciones pulmonares. Con respecto a las lesiones compatibles con COVID-19 que inicialmente se pasaron por alto en la TC, eran áreas de opacificación parenquimatosas muy pequeñas o pobremente contrastadas, fáciles de pasar por alto.

Los hallazgos por TC de tórax fueron correctamente clasificados como positivos por ecografía torácica. El hecho de que la afectación del pulmón central, sin lesiones periféricas, se encuentre solo en raras ocasiones, respalda aún más el papel de la ecografía torácica en la evaluación de pacientes con COVID-19. 

Estos hallazgos pueden corroborar la hipótesis de que la ecografía torácica es capaz de revelar lesiones de COVID-19 incluso en una etapa muy temprana. Sin embargo, estos resultados deben interpretarse con cautela, ya que las lesiones identificadas eran compatibles con COVID-19, no específicas. La ecografía torácica tiene un gran desempeño en la identificación de alteraciones pulmonares periféricas, pero parece incapaz de replicar la misma información cuantitativa, presenta limitación inter-lectores y en el estudio de zonas centrales, obstáculos que no presenta la TC.

Valoración personal:

En mi opinión, se trata de un artículo útil para evaluar el papel de la ecografía y respaldar su uso en los pacientes COVID-19. Permite hacerse una idea general, de forma bastante simplificada, en cuanto a su uso en otras entidades con afectación pulmonar periférica.

Pese a tratarse de un estudio con mucha estadística, es accesible incluso para médicos que no cuenten con un amplio conocimiento sobre la misma. Todos los análisis estadísticos cuentan con las figuras correspondientes, fáciles de interpretar y muy ilustrativas. Las imágenes, asimismo, están bien seleccionadas y representan los diferentes grados de gravedad de la enfermedad. Es muy interesante que se expongan imágenes de ecografía y de TC, consiguiendo que el lector se haga una idea visual de los hallazgos y de su representación en cada técnica, así como la correlación entre las mismas.

Carla Souweileh Arencibia

Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, R1

carla.sarencibia@gmail.com

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Publicado en European Radiology, Revistas

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