Artículo original: Zadig PK, von Brandis E, Flatø B, Ording Müller LS, Nordal EB, de Horatio LT, et al. Whole body magnetic resonance imaging in healthy children and adolescents: Bone marrow appearances of the appendicular skeleton. Eur J Radiol. 2022; 153:110365.
DOI: https://doi.org/10.1016/j.ejrad.2022.110365
Sociedad: NA
Palabras clave: Imagen por resonancia magnética de cuerpo entero · Médula ósea · Niños · Adolescentes · Individuos sanos.
Abreviaturas y acrónimos utilizados: WB-MRI (resonancia magnética de cuerpo completo), T1 (secuencia potenciada en T1), T2 (secuencia potenciada en T2), IMC (índice de masa corporal), FOPE (edema periepifisario focal).
Línea editorial del número: El número de agosto del European Journal of Radiology cuenta con un total de 13 artículos que afectan a varios campos. Aunque no presenta otros artículos relacionados con la pediatría, sí destaca un estudio comparativo para valorar la eficacia de la tomosíntesis de mama vs la mamografía digital para la clasificación de lesiones BI-RADS 4, otro sobre la precisión diagnóstica de la tomografía computarizada de doble energía para detectar edema de médula ósea no traumático y otro sobre el uso de la ecografía con contraste para la caracterización de las malformaciones cutáneas vasculares.
Motivo de selección: Es un estudio que puede ser de gran utilidad debido al incremento del uso de la WB-MRI en la población general y también en niños y adolescentes donde la presencia de médula ósea roja puede simular la apariencia de patología en estos pacientes en imágenes potenciadas en T2, haciéndose necesario conocer la fisiología de estas señales hiperintensas para no confundirlas con otros procesos.
Resumen:
Con el incremento del uso de la WB-MRI se hace necesario, cada vez más, conocer qué puede mostrarnos este estudio. Normalmente, y aunque no hay protocolos unificados en la mayoría de los casos se realizan secuencias potenciadas en T1 y T2 con supresión grasa. En niños y adolescentes esto puede revelar hiperintensidades en la médula ósea que pueden simular patología en muchos casos.
Es por ello por lo que se hace necesario el estudio de estas hiperintensidades de médula ósea en estos pacientes, para poder saber cuales podemos considerar patológicas y cuales podrían corresponder simplemente a cambios fisiológicos que no deberían tener importancia.
En este trabajo se estudiaron un total de 196 pacientes con un rango de edad comprendido entre 6 y 19 años, con un total de 101 mujeres y 95 hombres, con un intervalo amplio de IMC (de 13 a 30) y la mayoría de ellos realizando actividades deportivas al menos una vez a la semana.
Para poder analizar los resultados se dividieron los hallazgos en dos subgrupos principales, el que implicaba a las extremidades inferiores y el de las superiores. Además, dentro de estos también se hacían subdivisiones por grupos etarios y sexo para ver si había diferencias significativas entre los hallazgos de hiperintensidad de médula ósea y estas variables. También, se realizó una división importante de estos hallazgos en: hallazgos mayores y hallazgos menores. Los primeros implican o bien una alta intensidad de señal con una extensión moderada-alta o una intensidad de señal más baja con una extensión alta. Los hallazgos menores se definían como intensidad de señal alta con una extensión baja o una intensidad de señal más baja con una extensión moderada. Estas variables eran cualitativas con la intensidad de señal en una escala del 0 al 2 y la extensión de la señal en una escala del 0 al 4. También se tenía en cuenta si los hallazgos correspondían a variantes anatómicas o patología incidental (encondromas, quistes óseos, defectos osteocondrales…).
Los hallazgos fueron:
Extremidades inferiores:
- Se encontraron un total de 674 áreas de alta intensidad de señal.
- De estas aproximadamente la mitad se definieron como hallazgos mayores, con casi un 19 % de distribución simétrica.
- Un total de 115 de los pacientes (58.79 %) tenían al menos un hallazgo mayor con la mayoría localizados en los pies, tibial proximal, fémur proximal y tibia distal. Sí que se encontraron diferencias en cuanto al predominio según región por grupos de edad.
- Un total de 137 pacientes (69.9 %) tenían al menos un hallazgo menor. De nuevo, una distribución por edad similar a los hallazgos mayores.
- Un hallazgo muy común fue la hiperintensidad de señal en el tarso de aspecto puntiforme de distribución simétrica y bilateral.
Extremidades superiores:
- Se encontraron un total de 294 áreas de alta intensidad de señal.
- De estas aproximadamente se definieron como hallazgos mayores el 26.9 %, de los cuales únicamente 5 presentaban una distribución simétrica.
- Un total de 28 pacientes (14.3 %) tenían al menos un hallazgo mayor con la mayoría localizados en el húmero (epífisis proximal, metáfisis proximal y diáfisis).
- Un total de 118 pacientes (60.2 %) presentaban al menos un hallazgo menor, distribuidos de una forma similar a los hallazgos mayores.
- Un hallazgo muy común fue la hiperintensidad puntiforme en los huesos de la muñeca, con un porcentaje de 77.1 %, siendo siempre simétrica y bilateral sin diferencias por edad.
Además de los hallazgos descritos, también se evaluó la presencia de FOPE en las extremidades. Esto se define como un área de intensidad focal alta en huesos largos, centrada en la fisis y extendiéndose a la metáfisis y a la epífisis.
Un total de 156 FOPEs fueron encontradas en 79 pacientes. La mayoría estaban presentes en la tibia proximal y el fémur distal. Únicamente se vio un FOPE en el húmero proximal. Estaban presentes en todos los grupos etarios. Algunos de estos FOPEs tenían alta señal a nivel del periostio y en las partes blandas adyacentes.
Valoración personal:
– Desventajas: Algunos problemas vienen del sistema de clasificación de hallazgos mayores y menores. Tratándose de un sistema cualitativo y muy subjetivo que puede hacer que muchas veces haya discrepancias entre diferentes radiólogos a la hora de describirlos. También hay problemas poblaciones y es que estos hallazgos se vieron en una población de niños y adolescentes concreta con unas características particulares lo cual podría suponer problemas de externalización de estos resultados a otras poblaciones diferentes. Otro problema es que este tipo de estudios y hallazgos pueden variar según la máquina y software utilizados.
– Ventajas: Con el aumento de la realización de estudio de WB-MRI incluyendo cada vez más patología se hace necesario conocer las intensidades de señal en la médula ósea de niños y adolescentes pueden simular la presencia de patología. En este estudio se aborda muy bien este problema y se añaden los resultados a la literatura que describe estos hallazgos de hiperintensidad de señal dividiéndolos por hallazgos mayores, menores, edad, sexo etc. También podemos saber qué hallazgos son más esperables en qué circunstancias y poder alarmarnos más o menos según lo que nos encontremos en cada paciente.
Nader Salhab Ibáñez
Hospital Clínic Universitari de València, València, R4
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