Artículo original: Khullar, T; Kumar, J; Sindhu, D; et al. CT Imaging Features in Acute Invasive Fungal Rhinosinusitis- Recalling the Oblivion in the COVID Era. Current Problems in Diagnostic Radiology. 2022. 51 (5): 798-805.
DOI: https://doi.org/10.1067/j.cpradiol.2022.02.001
Sociedad: N/A
Palabras clave: N/A
Abreviaturas: COVID-19 (Enfermedad por Coronavirus de 2019), RFIA (Rinosinusitis fúngicas invasivas agudas, RM (Resonancia Magnética), TC (Tomografía Computarizada).
Línea editorial del número: Current Problems in Diagnostic Radiology es una revista revisada por pares, indexada en PubMed, que publica artículos de revisión de alta calidad y ricos en imágenes. En este número se presentan artículos sobre diversos temas, muchos todavía muy centrados en patología asociada a la COVID 19, así como artículos centrados en temas médico-legales relacionados con la Radiología.
Motivos para la selección: decidí elegir este artículo ya que se trata de un tema de actualidad, que resume las principales manifestaciones de las infecciones nasosinusales fúngicas en un contexto de inmunocompromiso como es la infección por SARS-CoV2. Se trata de una patología poco frecuente pero dada la situación actual es importante conocer los principales hallazgos por imagen para poder realizar diagnósticos más certeros.
Resumen:
Los hongos son microorganismos ubicuos que causan infecciones oportunistas en pacientes inmunocomprometidos. En el caso concreto de las RFIA, son infecciones fulminantes que asocian alta morbilidad y mortalidad (50-80%), aunque por suerte se trata de una enfermedad poco frecuente (2% en pacientes inmunodeprimidos, principalmente aquellos con patología hematológica). Debido a la pandemia por COVID-19 ha habido un repunte de los casos de RFIA, en especial por hongos del género Mucor.
La mucormicosis relacionada con la COVID-19 se ha visto tanto en pacientes con infección activa por SARS-CoV 2 como en aquellos que habían pasado la infección en las últimas 4-6 semanas. Factores tales como la hipoxia, la hiperglucemia, la acidosis metabólica, la ventilación mecánica o la hospitalización prolongada contribuyen a la proliferación de estos microorganismos.
La TC es la prueba de primera línea para el estudio de estas infecciones, ya que permite conocer la extensión de la afectación así como delimitar un posible mapa quirúrgico. Será recomendable, siempre que sea posible, realizar el estudio con contraste intravenoso. La RM suele reservarse para casos más graves que asocian compromiso ocular y / o intracraneal.
Presentación clínica
Cuando la infección se limita a la cavidad nasal y senos paranasales el paciente suele referir sensación de obstrucción nasal y rinorrea sanguinolenta. En la exploración suelen presentar característicamente una úlcera necrótica septal.
Cuando ya hay compromiso orbitario puede manifestarse como proptosis, diplopia, dolor o pérdida de visión. La extensión intracraneal, por otro lado, puede manifestarse con un cuadro de parálisis del III o IV pares craneales, hemiparesia o coma.
Dado que la presentación clínica inicial puede ser similar a la de una rinosinusitis habitual, las pruebas de imagen juegan un papel fundamental en la identificación de posibles signos de alarma.
Hallazgos en el TC
- Cavidad nasal: el engrosamiento mucoso unilateral suele ser más frecuente en infecciones por Aspergillus, mientras que el Mucor suele presentarse de forma bilateral. La turbina media suele ser la estructura más frecuentemente afectada, ya sea en la forma de hiporealce mucoso (signo de la turbina negra) o bien con destrucción ósea. La afectación puede extenderse por el conducto lacrimal o bien hacia la nasofaringe.
- Senos paranasales: puede evidenciarse como un engrosamiento mucoso hipodenso, apreciando estructuras lineales hiperdensas en relación con hifas o trabeculación de la grasa periantral. Es de vital importancia valorar si existe invasión de la fosa pterigopalatina, ya que constituye un riesgo vital para el paciente.
- Afectación ósea: se presenta como dehiscencias óseas o erosiones (hallazgo muy específico aunque poco sensible).
Es muy importante conocer el patrón de diseminación de la patología nasosinusal.
- Espacios cervicales profundos: por localización suelen afectar el espacio bucal, masticador y parotídeo.
- Órbita: es la localización extrasinusal más frecuentemente afectada en la patología nasosinusal. Puede ocurrir por dehiscencia de la lámina papirácea o, más frecuentemente, por extensión foraminal. La afectación del ápex orbitario es un hallazgo muy relevante ya que es predictor de una posible extensión intracraneal de la infección a través del seno cavernoso. No obstante esta región se valora mejor mediante RM.
- Afectación intracraneal: como se comentaba anteriormente, puede producirse a través del ápex ocular, por extensión directa desde el seno esfenoidal o desde el techo del seno etmoidal. Puede manifestarse como paquimeningitis, trombosis del seno cavernoso (más frecuente), abscesos cerebrales, infartos arteriales o colecciones extraaxiales. Otra posible vía de diseminación es la perineural, que aunque se valora mucho mejor en RM, en el TC también hay signos indirectos que pueden sugerir la afectación neural: ampliación o erosión foraminal, trabeculación de la grasa o signos de denervación en los músculos inervados por dicho nervio. Por ejemplo, en cabeza y cuello suelen afectarse los músculos masticatorios (inervados por la rama mandibular del nervio trigémino).
En conclusión, en el contexto de la pandemia COVID-19 ha habido un repunte de las RFIA, concretamente por Mucor dado el contexto de importante inmunocompromiso. Detectar signos clínicos y radiológicos precoces de estas infecciones es fundamental para un diagnóstico y abordaje precoz.
Valoración personal:
Me ha parecido un artículo interesante ya que trata un tema de actualidad aunque poco frecuente en nuestro día a día. No obstante, el artículo me ha parecido quizás demasiado breve, aunque como punto positivo diría que cuenta con muchas imágenes, fundamentales para comprender la teoría explicada.
Etiquetas: Mucormicosis. TC. RM.
Ana Lleó Balbás
Hospital Universitario de Getafe, Madrid, R2.
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