Artículo original: Liu J, Han S, Li J et al. Spinal osteoblastoma: a retrospective study of 35 patients’ imaging findings with an emphasis on MRI. Insights Imaging 11, 122 (2020). https://doi.org/10.1186/s13244-020-00934.
DOI: https://doi.org/10.1186/s13244-020-00934-y
Sociedad: ESR (@myESR)
Palabras clave: Osteoblastoma, multimodal imaging, spine, edema.
Abreviaturas: Aneurysmal bone cyst (ABC), Bone marrow edema (BME), Fat-suppressed T2-weighted images (FS T2WI), Soft tissue edema (STE), T1-weighted images (T1WI), T2-weighted images (T2WI), whole-body bone scintigraphy (WBBS), Tc-methylene diphosphonate (9mTc-MDP), RM (resonancia magnética), TC (tomografía computarizada).
Línea editorial del número:
En el volumen nº 11 de la revista “Insights into Imaging” correspondiente al mes de diciembre, se han publicado 129 artículos, todos de acceso abierto. Se publica bajo la marca SpringerOpen que es propiedad de la Sociedad Europea de Radiología (ESR). Es una revista especializada en revisiones críticas, en realizar guías de recomendaciones y declaraciones de las principales sociedades radiológicas de Europa, sin olvidar la difusión de aspectos esenciales y básicos de temas importantes.
Cabe destacar la mayor presencia que está adquiriendo la inteligencia artificial en el mundo de la radiología lo que se refleja en este número: “Radiology artificial intelligence: Radiology artificial intelligence, a systematic evaluation of methods (RAISE): a systematic review protocol”, “The identity and role of the radiologist in 2020: a survey among ESR full radiologist members”, “Interventional radiology and artificial intelligence in radiology: Is it time to enhance the vision of our medical students?”
Por otro lado, me llamó la atención un artículo titulado: “European Society of Emergency Radiology: guideline on radiological polytrauma imaging and service”.
Motivos para la selección:
He elegido este artículo ya que se trata de una revisión educacional que presenta de forma muy organizada el contenido, incluyendo los resultados presentados en tablas, y además con un número aceptable de imágenes de la patología (osteoblastoma espinal) mediante diferentes técnicas de imagen.
A pesar de ser un tumor con una incidencia muy baja (1%) respecto al resto de los tumores primarios óseos, llamó mi atención la escasa literatura que existe y como consecuencia la ausencia de características radiológicas definitorias de osteoblastoma, por lo menos antes de realizar este estudio retrospectivo, que como conclusión final resalta el papel fundamental de la RM en el diagnóstico y caracterización de esta lesión, y como novedad describe algunos hallazgos como son el edema óseo extenso y de partes blandas y su distribución que resultan ser específicos y se convierten en clave para el diagnóstico.
Resumen:
Los osteoblastomas son poco frecuentes, localmente agresivos y representan aproximadamente el 1% de todos los tumores óseos primarios. Sus características radiológicas son anecdóticas y la bibliografía disponible se limita a alguna serie de casos, la más extensa realizada en 1990 por Nemoto et al. sobre 75 pacientes. El diagnóstico se realizó utilizando fundamentalmente Rx; limitándose el uso de la RM a sólo de los casos.
El presente artículo refleja los datos y conclusiones obtenidas tras el estudio retrospectivo realizado en un grupo de 35 pacientes diagnosticados de osteoblastoma mediante pruebas de imagen (lesión >20mm de diámetro en TC) y con confirmación anatomopatológica entre julio de 2006 y diciembre de 2019.
El principal objetivo fue definir el valor que tienen las pruebas de imagen en el diagnóstico del osteoblastoma espinal, enfatizando en el papel de la RM, la prueba menos estudiada hasta la fecha.
La resonancia magnética es una prueba de alta resolución, ideal para el estudio diagnóstico de las enfermedades musculoesqueléticas. Sin embargo, su valor diagnóstico sigue siendo controvertido debido a su baja capacidad de distinción entre los cambios inflamatorios peritumorales de carácter reactivo y los correspondientes a extensión local del tumor, pudiendo llevar a una sobreestimación del grado de agresividad. Los resultados de los estudios hasta ahora publicados deben ser interpretados con cuidado ya que las muestras estudiadas han sido muy pequeñas.
Las diferentes pruebas radiológicas llevadas a cabo en los pacientes del ensayo fueron la Rx, WBBS (se realiza 3h después de la administración de contraste intravenoso con 9mTc-MDP9), TC y la RM.
La placa simple en el estudio tuvo como objetivo determinar si la lesión podía o no observarse, y si la lesión era osteoesclerótica, radiolúcida o mixta. Las imágenes de WBBS se evaluaron para determinar si la lesión captaba o no.
El objetivo de la TC fue describir la localización de la lesión, la morfología y el tamaño, así como el patrón de extensión local teniendo en cuenta la presencia de fracturas patológicas, la esclerosis en la periferia de la lesión, la existencia de matriz mineralizada o las características de los márgenes del nidus (bien o mal definidos).
El estudio de RM incluyó secuencias potenciadas en T1, T2 y T2 con supresión grasa, y en 17 pacientes se les inyectó gadolinio. La utilidad diagnóstica de estas secuencias se basa en la capacidad de determinar la intensidad de señal del nidus, la presencia de edema óseo y en partes blandas, así como distribución y extensión.
En cuanto a los resultados; la radiografía fue positiva en todos los pacientes. El 29% (9/31) presentaba nidus mostrado en la placa como una lucidez central con una zona variable de esclerosis periférica; el 35,5% (11/31) se presentan como lesiones osteoescleróticas y el 22,6% (7/31). La TC pudo demostrar y localizar todos los nidus, la mayoría se localizó en el pedículo y dos de los pacientes presentaron afectación multifocal. Todos los casos presentaron calcificación, un hallazgo muy típico de los osteoblastomas. La superioridad de la TC radica en su sensibilidad para la detección de estas, así como para definir el tipo de destrucción ósea, características que la convierten en la prueba de elección para la caracterización de estas lesiones. Otro hallazgo menos frecuente son los quistes aneurismáticos, presentan una incidencia de 14-16% (6 de los pacientes asociaban quiste aneurismático), y al contrario que en la calcificación, la RM es la técnica de elección para su caracterización.
La RM delimitó con precisión los nidus, especialmente en secuencias T2 (88,2%; 30/34). Existen diferentes grados de edema óseo: Grado 1 (No edema): no edema perinidal. Grado 2 (leve): delgado anillo de edema perinidal. Grado 3 (Moderado): cambios edematosos circunferenciales con distribución alrededor del nidus. Grado 4 (Extenso): extenso edema mayor que en el grado 3. El 71,9% (23/32) de los osteoblastomas estaban rodeados de edema óseo moderado o extenso con edema de partes blandas asociado. El edema en partes blandas siempre se extendía a lo largo del haz muscular adyacente sin compromiso de grasa subcutánea.
En la discusión los autores destacan que no es posible utilizar la radiografía como única herramienta diagnóstica, si bien sí debería ser la primera prueba a realizar en la evaluación previa a la cirugía. La Rx puede llevar al infradiagnóstico ya que muchas lesiones de pequeño tamaño en zonas anatómicas complejas, como es la columna, pueden no ser detectadas.
La gammagrafía es la herramienta más sensible, según la literatura.
Uno de los aspectos más importantes que trata este estudio es el papel de la RM en el diagnóstico de los osteoblastomas espinales, siendo siempre controvertido. Por un lado, la resonancia tiene como ventaja la excelente resolución para el estudio de partes blandas, lo que hace que muchos autores la consideran, junto con la TC, prueba de elección en la evaluación prequirúrgica. Sin embargo, otros autores no están de acuerdo en incluirla ya que consideran que puede sobrediagnosticar, en el sentido que la inflamación peritumoral podría confundirse con extensión local del tumor.
Una de las aplicaciones más importantes de la RM es en el análisis del edema óseo y de partes blandas, uno de los hallazgos más constante y característico del osteoblastoma (la incidencia de edema óseo es del 86.4%–90.9%, datos superponibles a los obtenidos en el presente estudio). Aunque el edema óseo se encuentra frecuentemente asociado a una gran variedad de tumores, solo unos pocos muestran un grado moderado o extenso y menos aún asocian edema de partes blandas. Además, aunque no aparezca reflejado en la literatura previa, la distribución y el comportamiento del edema son bastante específicos: edema a lo largo del haz muscular adyacente a la lesión sin compromiso de grasa subcutánea; y en cuanto al edema óseo está presente en el cuerpo vertebral con una distribución excéntrica y una tendencia a extenderse desde la vertiente más próxima al nidus. Por otro lado, el uso de contraste puede ser útil para distinguir el nidus del edema.
Los autores concluyen resaltando la importancia de la RM en el diagnóstico y la caracterización de los osteoblastomas, como prueba de elección en la detección de edema óseo, que es uno de los hallazgos más específicos, sobre todo cuando el grado de extensión es moderado o extenso y asocia edema de partes blandas. También resaltan la igualdad de la TC y la RM para detectar el nidus.
Valoración personal:
Me parece una revisión muy completa centrada en las diferentes técnicas disponibles para el diagnóstico y caracterización del osteoblastoma espinal, un tumor raro y con escasa literatura subyacente. Los resultados a los que llegaron los autores de este ensayo me parecen muy novedosos y suponen un importante avance del diagnóstico por imagen, sobre todo si se tiene en cuenta lo escaso de la información de la que se disponía previamente al estudio.
A pesar de presentar varias limitaciones como es el análisis retrospectivo que se realizó o también la diferencia entre los protocolos, que sufrieron varios cambios a lo largo de los 13 años que duró el estudio. Los resultados obtenidos son claros, concisos y fiables dejando claro la importancia del papel de la RMI, un prueba que siempre ha sido controvertida y tras este estudio se desvanecen los argumentos en contra.
Isabel Ríos Gómez
Hospital Universitario 12 de Octubre, R3
Isarios93@gmail.com
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