Cribado de la osteoporosis usando la densidad vertebral de L1 en la TC abdominal

Artículo original: Abbouchie H, Raju N, Lamanna A, Chiang C, Kutaiba N. Screening for osteoporosis using L1 vertebral density on abdominal CT in an Australian population. Clin Radiol 2022;77:e540–8.

DOI: https://doi.org/10.1016/j.crad.2022.04.002    

Sociedad: The Royal College of Radiologists (@RCRadiologists)

Palabras clave: N/A

Abreviaturas y acrónimos utilizados:CIV (Contraste intravenoso), DMO (Densidad Mineral Ósea), DXA (Absorciometría de rayos X de energía dual), Eco-FAST (Focused Assessment with Sonography in Trauma), L1 (primera vértebra lumbar), ROI (región de interés), TC (Tomografía Computarizada), UH (Unidades de Houndsfiel), VPN (valor predictivo negativo).

Línea editorial: En el mes de julio, la revista oficial del Royal College of Radiologists, Clinical Radiology, saca dieciocho artículos entre los cuales se encuentran varias investigaciones originales y revisiones. Quiero mencionar especialmente la revisión sobre las lesiones quísticas suprarrenales, donde ofrecen un gran resumen sobre las características clave de las imágenes que en ocasiones obtenemos de manera incidental. Por otro lado, son de especial relevancia, por el contexto bélico en el que lamentablemente nos encontramos y la importancia que adquiere en él la radiología, dos de sus artículos enfocados al mundo pediátrico. El primero de ello trata sobre las imágenes obtenidas en lesiones musculoesqueléticas por onda expansiva obtenidas en la guerra civil de Siria y el segundo se dirige al rendimiento de la eco-FAST ante la necesidad de una actuación rápida cuando el TC no se encuentra accesible.

Motivos para la selección: Al ser la osteoporosis un proceso inherente al envejecimiento, la prevalencia de esta es cada vez mayor. He escogido este artículo porque me llama mucho la atención la posibilidad de aprovechar pruebas diagnósticas para sacar la mayor rentabilidad posible. Establecer criterios para realizar un cribado oportunista puede ser una manera muy eficaz de evitar mayor número de pruebas, y por ende, de disminuir la dosis de radiación y costes sociosanitarios.

Resumen: 

La osteoporosis consiste en el proceso de alteración de la arquitectura y reducción de densidad mineral ósea. La prevalencia de la osteoporosis está continuamente en ascenso debido al sedentarismo, los hábitos tóxicos o el envejecimiento de la población. La detección temprana de osteoporosis puede ayudar a implementar un tratamiento preventivo a tiempo.
Hoy en día, el cribado del riesgo de fractura se hace gracias a la DXA en cuello femoral y columna lumbar. El grupo de pacientes más vulnerables para sufrir fracturas son las mujeres de más de 80 años, en los que muchas veces no se ha realizado una correcta evaluación precoz ni un tratamiento preventivo.

En este estudio, se valora la población australiana, a la cual no se le realiza una DXA hasta los 70 años. Se calcula que hasta en el 15% de las fracturas osteoporóticas, por falta de una correcta prevención, se produce una segunda fractura en los siguientes 2-3 años.

La idea de este estudio se fundamenta en la realización de un cribado de la osteoporosis de manera oportunista mediante TC abdominal realizado por otros motivos. Pretendieron estimar la DMO mediante las UH de L1 con ROI de mínimo 2 cm2 en la zona central, evitando el plexo venoso y cambios degenerativos. De tal manera que se detecte el riesgo de fracturas por fragilidad de los pacientes sin necesidad de realizarles otra prueba diagnóstica, disminuyendo la exposición a la radiación y minimizando los costes.

Se recogieron de manera retrospectiva los datos comprendidos en un periodo de dos años de pacientes australianos mayores de 30 años a los que se les realizó un TC abdominal y una DXA en un periodo inferior a 12 meses. Fueron excluidos aquellos con material de osteosíntesis metálico, fracturas por compresión, lesión ósea en L1 subyacente o en aquellos en los que el DXA realizó la medición del T-Score en otra vértebra diferente a L1 por fractura o artefacto.

Las mediciones se realizaron en estudios con CIV en fase portal, aunque en un estudio por Pickhardt et al. se demostró que la presencia de contraste en el estudio no varía de manera significativa la presencia de osteoporosis.

Un punto importante del artículo fue que de 407 los pacientes incluidos en el estudio, la proporción de varones alcanzó el 41,8%, siendo la proporción masculina más alta de los estudios publicados. Jang et al demostraron que no existe diferencia significativa en la densidad de L1 entre hombres y mujeres en todos los grupos de edad. No obstante, la prevalencia de la osteoporosis en el grupo masculino estudiado fue mucho menor y esto se explica debido a la pérdida de la DMO postmenopáusica de las mujeres.

Los resultados obtenidos fueron que el umbral menor o igual a 160 UH es capaz de detectar la osteoporosis con una sensibilidad del 70,8%. En mujeres, el umbral menor o igual a 190 UH  es capaz de detectar la osteoporosis con una sensibilidad del 68,4% y se relaciona también de manera estadísticamente significativa con osteopenia moderada – grave. 

Conviene destacar que las medidas de T-score están afectadas por la esclerosis y la osteoartritis de los platillos vertebrales, mientras que las medidas de ROI están hechas en la zona central, con distancia de las zonas articulares. Por otro lado, la cohorte a estudio se seleccionó en función de las solicitudes de DXA, lo cual puede constituir un sesgo ya que el riesgo de fractura en aquellos pacientes a los que se les solicita la prueba puede ser mayor en comparación a los pacientes que solo se estudian con TC. En éstos, la prevalencia de la osteoporosis fue similar a la de la población australiana acorde a los rangos de edad.

Como conclusión, la evaluación de la DMO mediante la TC es factible y nos puede indicar el riesgo de fractura de los pacientes para poder intervenir de manera más temprana. Concretamente, los pacientes oncológicos son candidatos a seguimientos continuos mediante TC. Evaluar su fragilidad periódicamente, puede ayudar a los médicos a priorizar DXA en pacientes que realmente lo necesiten y evitar realizarla cuando su DMO sea alta. A pesar de que hoy en día no está implementado un software de manera automática, sí que hay algoritmos de inteligencia artificial documentados que son capaces de calcularlo.

Valoración personal:

Es un artículo muy fácil de leer, que tiene una idea muy útil que desarrolla de manera clara y concisa. Me gustaría puntualizar que creo que es importante seguir esta línea de investigación con cohortes que incluyan mayor número de pacientes y en los que no siempre la realización de la DXA sea el factor limitante para estar incluidos en el estudio. Los pacientes con DXA realizada, pueden situarse en una cohorte de pacientes con mayor probabilidad osteoporótica que la población en general. El  hecho de que el estudio se realice de manera retrospectiva partiendo de una DXA que en el sistema sanitario Australiano no se realiza hasta los 70 años, puede suponer un gran sesgo en la selección de los pacientes incluidos. Por lo demás, el artículo me ha gustado, ya que hace bastante hincapié en cómo se deben realizar las medidas y las situaciones en las que ésta no es fiable para tener en cuenta los falsos positivos y negativos que podríamos encontrar.

Ana Castell Herrera

Hospital Universitario de Getafe, R1

anacasherr1996@gmail.com

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Publicado en Clinical Radiology, Revistas

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