Artículo original: Keraliya A, Yu HS, Uyeda JW. CT imaging findings of complications of optical colonoscopy. Emerg Radiol. 2022;29(5):915–23.
DOI: http://doi.org/10.1007/s10140-022-02058-w
Sociedad: American Society of Emergency Radiology (@ERadSociety)
Palabras clave: Colonoscopy complications, Computed tomography, Colorectal cancer screening, Postpolypectomy syndrome
Abreviaturas y acrónimos utilizados: SPP (Síndrome postpolipectomía), TC (Tomografía Computarizada), TCED (TC de energía dual).
Línea editorial: Emergency Radiology es una revista de publicación bimensual de la American Society of Emergency Radiology, que cuenta con 16 artículos en el mes de octubre. La mayor parte de ellos son artículos originales, de entre los cuales cabe destacar dos por el impacto que tienen en la práctica diaria: la tasa de discrepancia entre residentes con dos semanas consecutivas de turnos nocturnos y de los que los tienen no consecutivamente y la encuesta multicéntrica por radiólogos y urgenciólogos sobre las frases usadas en los informes, en la cual nos invita a reflexionar sobre el uso de frases probabilísticas, siendo éstas más proclives a malinterpretaciones. Por otro lado, pediatría cuenta con otros dos artículos, el primero se centran en el papel de la ecografía en el estridor de un lactante y una revisión sobre el papel del radiólogo intervencionista en el trauma pediátrico exponiendo las técnicas mínimamente invasivas que pueden ser de utilidad frente a intervenciones quirúrgicas.
Motivos para la selección: El cribado de cáncer colorrectal constituye la herramienta principal para combatir la mortalidad y morbilidad tan elevada de este cáncer. La colonoscopia tiene un papel fundamental. Debido al incremento exponencial de procedimientos realizados, son cada vez más frecuentes en la práctica diaria las complicaciones derivadas de ella. Es importante que el radiólogo se maneje con facilidad en este contexto, para interpretar y acercarse a las diferentes complicaciones.
Resumen:
El creciente uso de la colonoscopia como método de diagnóstico y tratamiento de la patología colónica, rectal o íleon terminal ha desencadenado un incremento de las complicaciones que pueden verse asociadas a esta técnica. Cuando el procedimiento asocia biopsia o polipectomía entraña un riesgo más elevado en comparación con la colonoscopia diagnóstica.
Tradicionalmente se recurría a la radiografía de abdomen para evaluar la presencia de neumoperitoneo cuando existe dolor abdominal tras el procedimiento. Hoy en día, la TC juega un papel clave gracias a su amplia disponibilidad en los servicios de urgencias radiológicas, así como la capacidad que tiene para caracterizar las diferentes complicaciones. Las más frecuentes son la hemorragia y la perforación del intestino grueso. Siendo menos frecuentes el daño esplénico, el SPP, la apendicitis y la diverticulitis aguda.
PERFORACIÓN. Es una complicación rara pero grave. Se ve más frecuentemente en procedimientos que cursan con dilatación de estenosis, ablación con láser o extirpación de un pólipo. El mecanismo puede suceder por barotrauma o por daño mecánico. Los pacientes con divertículos, isquemia crónica o úlceras tienen una probabilidad aún mayor de desarrollarla. Se puede dar microperforación (causadas por el adelgazamiento y la disección que se crea en la capa mucosa durante la endoscopia) o macroperforaciones (secundarias a la lesión del espesor total de la pared colónica), siendo el lugar más vulnerable la unión rectosigmoidea.
La localización de los hallazgos depende del lugar dañado. La radiografía abdominal en bipedestación o en decúbito supino detecta grandes cantidades de aire intraperitoneal bajo las cúpulas diafragmáticas o nos hace evidente el signo de Rigler (aire que delinea ambos lados de la pared intestinal), pero no es muy sensible cuando son cantidades pequeñas como pueden darse en las microperforaciones.
La TC es mucho más sensible y aún en casos de dudas, se puede usar el contraste endorrectal soluble en agua que nos evidencie la discontinuidad de la pared intestinal como signo directo de perforación.
HEMORRAGIA. También constituye una complicación más frecuente tras biopsias o polipectomías. Existe más riesgo en los pólipos del colon ascendente, en pólipos grandes o sésiles o en aquellos pacientes con mayor riesgo de sangrado. Es de elección el protocolo de TC trifásico (sin contraste, arterial y venoso) que nos permite ver una hiperdensidad lineal en fase arterial que cambia de sitio y morfología en la fase venosa, sin identificarse en la fase previa sin contraste. Con las imágenes virtuales obtenidas del TCED que nos permiten obtener imágenes según su composición, se podría diagnosticar la hemorragia simplemente con una fase arterial.
DAÑO ESPLÉNICO. Suele ser raro, pero puede producirse por tracción del ligamento esplénico, por trauma directo al alcanzar el ángulo esplénico o por avulsión capsular. Cursa con dolor abdominal o del hombro izquierdo con irritación peritoneal e hipotensión. El TC multifásico es de elección para la detección de daño esplénico o de importante hemoperitoneo. La fase arterial nos permite detectar lesiones vasculares y con una fase retardada podríamos determinar si nos encontramos ante una lesión activa o contenida.
PPS. También conocido como síndrome transmural, se caracteriza por dolor localizado con elevación de reactantes de fase aguda y sin signos de peritonitis. Esto se debe al daño por quemadura ejercido sobre la pared del colon. La TC nos permite excluir la perforación (ya que clínicamente se asemeja), y nos muestra engrosamiento mural concéntrico con un patrón de realce en capas y cambios inflamatorios pericolónicos. El manejo suele ser conservador.
Otras complicaciones menos frecuentes son la apendicitis por la insuflación de aire y la manipulación colónica, así como la diverticulitis, la colitis química y el enfisema subcutáneo entre otros.
Valoración personal:
Me ha parecido un artículo de lectura muy agradable por dar unas ideas clave sobre las principales a las entidades en las que debemos pensar en un paciente con dolor abdominal tras la realización de una colonoscopia, reflejándolas con ejemplos muy ilustrativos. Por ello me parece que la parte más valiosa que tiene es la representación gráfica con pruebas radiológicas, así como la descripción concisa de los hallazgos en las imágenes para fijar cada una de las complicaciones y saber reconocerlas.
Como punto negativo del artículo, me parece que son pocas las complicaciones que exponen. Creo que sería una revisión más enriquecedora si en la misma línea de exposición de patología, entrase más en detalle (y no simplemente nombrar) ciertas complicaciones que, aunque menos frecuentes, debemos de tener en mente como la invaginación, la obstrucción ureteral, el infarto omental o la pancreatitis, entre otros.
También me parece que podría ser interesante exponer en qué papel quedan otras pruebas radiológicas como la ecografía en este contexto, puesto que solo habla de los hallazgos tomográficos como herramienta estrella en estos pacientes.
Ana Castell Herrera
Hospital Universitario de Getafe, R2
anacasherr1996@gmail.com
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