Artículo original: Roseland ME, Francis IR, Shampain KL, Stein EB, Wasnik AP, Millet JD. Gastric neuroendocrine neoplasms: a primer for radiologists. Abdom Radiol. 2022 Apr 12;47(12):3993–4004.
DOI: https://doi.org/10.1007/s00261-022-03509-1
Sociedad: Society of Abdominal Radiology (@Abdominal_Rad)
Palabras clave: Gastric neuroendocrine neoplasm, Gastric carcinoid, Autoimmune atrophic gastritis, Zollinger–Ellison syndrome, Computed tomography (CT), Magnetic resonance imaging (MRI), Somatostatin receptor imaging.
Abreviaturas: RM (resonancia magnética), TC (tomografía computarizada).
Línea editorial del número: Abdominal Radiology Journal es la revista de la Sociedad de Radiología Abdominal, que publica en este último número de diciembre un total de 28 artículos centrado en las neoplasias neuroendocrinas. Además del artículo revisado me han parecido interesantes una revisión sobre las neoplasias neuroendocrinas pancreáticas y otra sobre las neoplasias neuroendocrinas de intestino delgado, ya que complementan el artículo que he elegido para revisar.
Motivos para la selección: este artículo me pareció interesante dado que trata sobre un tipo de neoplasias poco frecuentes y además en un órgano como es el estómago que es complicado de valorar por imagen radiológica. En el artículo se analiza tanto la epidemiología de los tumores, la terminología actual y las recomendaciones de estadiaje, así como los principales hallazgos por imagen.
Resumen:
Los tumores neuroendocrinos, también conocidos como tumores carcinoides, son neoplasias que surgen de las células especializadas hormonales y secretoras del estómago. Suponen menos del 2% de las neoplasias gástricas. Suelen diagnosticarse en estadíos iniciales y de forma incidental. Aunque la distribución varía según el subtipo de tumor, son generalmente más frecuentes en mujeres. En el artículo se detallan algunos cambios recientes en la clasificación histológica de este tipo de tumores.
Entre las pruebas diagnósticas de elección están la ecoendoscopia, la TC abdominal con contraste (fase arterial y venosa, siendo recomendable el contraste oral neutro), la RM (estudio multifásico con contraste, T2 y estudio de difusión) o estudios de medicina nuclear.
En función de la clínica se pueden clasificar en:
Tipo 1 o gastritis crónica atrófica autoinmune (75-80%): típicamente se presenta en mujeres en la sexta década de vida. Presentan aclorhidria e hipergastrinemia, siendo la gastrina un factor de crecimiento que fomenta la hiperplasia que puede derivar en atipia y finalmente dar lugar a neoplasias. Las pacientes no suelen asociar síntomas al momento del diagnóstico, o como mucho aquellos asociados a la gastritis o anemia de vitamina B12.
Suelen presentarse como lesiones polipoideas múltiples en cuerpo o fundus gástrico, sólidas y con notable realce tras la administración de contraste. Generalmente son lesiones limitadas a la mucosa / submucosa, y aunque pueden asociar adenopatías regionales, es muy raro que presenten metástasis al diagnóstico.
El manejo generalmente es conservador con resección endoscópica o tratamiento con análogos de somatostatina. El pronóstico es excelente.
Tipo 2 o gastrinoma y síndrome de Zollinger Ellison (5%): se presenta por igual en hombres y mujeres. Los gastrinomas son tumores neuroendocrinos localizados en duodeno o cabeza pancreática que con mucha frecuencia se presentan en el contexto de un MEN1. Presentan hipergastrinemia que genera aumento de la secreción ácida gástrica, hipertrofia mucosa y enfermedad ulcerosa péptica severa. Al igual que el subtipo anterior, los pacientes pueden presentar síntomas por la enfermedad péptica pero no por el tumor en sí mismo.
En los estudios de imagen se presentan como pequeñas lesiones multifocales nodulares en fundus o cuerpo gástrico asociado a engrosamiento difuso de los pliegues, lo cual puede dificultar el diagnóstico. Es infrecuente la presencia de adenopatías o metástasis.
El pronóstico de estos tumores es bueno, aunque el riesgo de metástasis es mayor que en el tipo 1.
Tipo 3 o esporádicos (15-20%). Pacientes varones en la quinta década de vida. Suelen ser sintomáticos al diagnóstico. Presentan parámetros analíticos normales, y en las pruebas de imagen suelen ser masa gástricas solitarias ulceradas que pueden asociar adenopatías regionales y metástasis hepáticas hipervasculares, óseas osteoblásticas o carcinomatosis peritoneal. En líneas generales el pronóstico es peor respecto a los otros dos tipos.
Valoración personal:
Este artículo, aún tratando tema interesante como son las neoplasias neuroendocrinas gástricas, no me ha parecido especialmente útil desde el punto de vista radiológico. En mi opinión se centra quizás demasiado en aspectos clínicos y anatomopatológicos, que aunque son interesantes y desde luego aportan mucha información a la hora de hacer el proceso diagnóstico de forma global e integrada, echo en falta más información del aspecto radiológico de los distintos tipos de tumores carcinoides.
Esto quizás se deba a que la presentación por imagen de estas neoplasias es muy inespecífica, por lo que hay que apoyarse en otros criterios para afinar el diagnóstico. Lo que sí destacaría como positivo es la gran calidad de las imágenes incluidas en el artículo, que ilustran a la perfección lo explicado en el texto asociado
Ana Lleó Balbás
Hospital Universitario de Getafe, Madrid, R2.
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