Artículo original: Malecot N et al. Chest CT Characteristics are Strongly Predictive of Mortality in Patients with COVID-19 Pneumonia: A Multicentric Cohort Study. Academic Radiology.2022;29(6):851-60.
DOI: https://doi.org/10.1016/j.acra.2022.01.010
Sociedad: N/A
Palabras clave: COVID-19, chest CT, mortality, pneumonia, teleradiology.
Abreviaturas: TC (tomografía computarizada), SARS-CoV2 (severe acute respiratory syndrome coronavirus 2), UCI (unidad de cuidados intensivos), COVID-19 (coronavirus disease 2019), PCR (polymerase chain reaction).
Línea editorial del número: Academic Radiology es una publicación científica mensual dedicada a la divulgación de trabajos centrados en las técnicas de diagnóstico por imagen (incluidas aquellas correspondientes a medicina nuclear) así como en intervenciones guiadas por imagen.
En el último número disponible se incluyen múltiples artículos sobre el diagnóstico por imagen con la TC y la RM. La infección por SARS-CoV2 sigue teniendo peso a día de hoy, como en la mayoría de publicaciones científicas, pero llama la atención aquellos artículos centrados y dirigidos hacia radiólogos en proceso formativo, con consejos en cuanto a cómo orientar su residencia o plantear su futuro.
La revista también parece estar interesada en cómo afectan las nuevas tecnologías de la información en el día a día del radiólogo, con una editorial que sugiere la necesidad de realizar una estandarización del currículum profesional en internet, o incluso un artículo sobre el uso de la realidad virtual a la hora de realizar las entrevistas a futuros residentes (un método que tuvo un aumento de su uso en los momentos más críticos de la pandemia).
Motivos para la selección: Debido a la pandemia global por el virus SARS-CoV2, el número de estudios realizados por tomografía computarizada en la cavidad torácica ha aumentado de manera considerable, tanto en el contexto de urgencias como en estudios programados. La expresión radiológica de las diferentes patologías del tórax tiende a ser muy inespecífica, y el caso de la neumonía COVID-19 no es una excepción. Por esta razón, considero conveniente tener un amplio conocimiento de la semiología de dicha patología, no sólo para establecer un diagnóstico, sino para además poder aportar una información pronóstica a los servicios peticionarios que pueda traducirse en una mejora de la calidad asistencial de nuestros pacientes.
Resumen:
La afectación pulmonar por SARS-CoV2 ha condicionado una mortalidad mucho mayor de la esperada por la comunidad científica al inicio de la pandemia. Esta elevada mortalidad es especialmente llamativa en la población geriátrica, y concretamente en aquellos con múltiples patologías crónicas previas a la infección.
La técnica de imagen que nos aporta una mayor caracterización de esta enfermedad es la TC. Su uso en la COVID-19 incluye desde el diagnóstico de la infección y sus complicaciones, hasta la valoración de la evolución y pronóstico de la enfermedad. Este último será el aspecto a valorar en este estudio.
El artículo, mediante un estudio de cohortes retrospectivo, intenta definir qué hallazgos radiológicos son variables predictoras de mortalidad. Para ello, incluye a 515 pacientes pertenecientes a cuatro hospitales diferentes localizados en Francia, con una edad superior a los 18 años y un diagnóstico microbiológico o clínico de infección por SARS-CoV2.
Los estudios fueron valorados e informados por un equipo de 12 radiólogos experimentados (con una media de 21 años de experiencia), siguiendo el informe estandarizado propuesto por la Sociedad Francesa de Radiología Torácica. Dicho informe incluye los siguientes criterios y elementos a valorar:
- Porcentaje de parénquima pulmonar afecto. Para su valoración, el equipo de radiólogos utilizó un sistema semiautomático de cuantificación.
- Distribución de la afectación (basal, campos medios, ápices pulmonares…)
- Consolidaciones:
- En vidrio deslustrado
- Nodulares
- Lineales
- Derrame pleural
- “Crazy Paving” (patrón en empedrado). Afectación en vidrio deslustrado parcheada asociando engrosamiento de los septos interlobulillares.
El estudio estadístico se realizó mediante la cuantificación de dos resultados. La variable principal es la mortalidad los primeros 30 días tras la realización de la TC de tórax. La variable secundaria es el ingreso en una UCI en un intervalo de 30 días tras la realización de la prueba de imagen.
De los 515 pacientes que fueron incluidos en el análisis estadístico, 100 fallecieron en el intervalo de 30 días desde la realización de la TC. En el apartado de resultados, el artículo recoge que los factores que mostraron una asociación estadísticamente significativa con un aumento de la mortalidad intrahospitalaria fueron la edad avanzada, el porcentaje de parénquima pulmonar afecto, las consolidaciones nodulares y el derrame pleural. El patrón en empedrado y una afectación mayor al 50% del parénquima pulmonar se asociaron con una mayor tasa de ingreso en UCI.
Los pacientes mayores de 75 años presentaban por lo general una afectación pulmonar menos extensa que los pacientes más jóvenes. No obstante, aquellos pacientes que se encontraban en este rango de edad y tenían una afectación que abarcaba más del 50% del parénquima pulmonar presentaron una elevada mortalidad, de aproximadamente el 60%.
Respecto a los resultados obtenidos, los autores recalcan que no existe demasiada literatura científica sobre este tema en concreto. No encontraron bibliografía previa que relacionara las consolidaciones pulmonares nodulares y el derrame pleural con la mortalidad por neumonía COVID-19 (en el caso del derrame, incluso suele considerarse como un hallazgo incidental). Por lo tanto, estos resultados demuestran la necesidad de realizar más estudios en este campo, especialmente para definir las implicaciones pronósticas del derrame pleural, un hallazgo que típicamente no visualizamos en las neumonías COVID-19.
Los autores también hacen una pequeña valoración y autocrítica de los aspectos técnicos de su estudio de cohortes. Mencionan que su principal punto fuerte es el gran número de pacientes y el hecho de que se hayan incluido desde cuatro centros hospitalarios diferentes, lo que aumenta su validez externa. También hacen referencia a las principales limitaciones que presenta su trabajo, como de que se trate de un estudio retrospectivo o a la inclusión dentro de la muestra de pacientes sin diagnóstico microbiológico. Este último aspecto se debe a la escasez de pruebas PCR durante la primera ola de contagios de la pandemia, por lo que debido a la alta incidencia, la presencia de una clínica compatible y hallazgos radiológicos típicos fueron considerados diagnósticos. Esto únicamente ocurrió en un 19% de los pacientes incluidos en el estudio.
El artículo concluye con un pequeño apartado de conclusiones, en el cual se vuelven a exponer los principales hallazgos del estudio: la edad, una afectación parenquimatosa mayor al 50%, el derrame pleural y las consolidaciones nodulares son factores pronósticos de mortalidad en la neumonía por SARS-CoV2. El conocimiento de esta relación facilitaría identificar qué pacientes presentan un riesgo mayor e individualizar cada tratamiento.
Valoración personal:
Me parece un estudio muy interesante, de vigente actualidad, y con unos resultados muy interesantes. El hecho de que se sigan descubriendo nuevas relaciones causales y factores pronósticos en el contexto de la COVID-19 recalca lo mucho que desconocemos aún sobre esta patología. Concretamente, la asociación de derrame pleural con un aumento de la mortalidad me parece de especial interés, especialmente sabiendo que ambos aspectos no se habían relacionado hasta ahora de manera estadísticamente significativa.
Respecto a la elaboración del estudio, me parece un trabajo de gran calidad, que incluye una gran muestra y unos criterios bien definidos. Es cierto que el hecho de que no todos los pacientes que fueron incluidos en el estudio presentaran una PCR positiva (el gold standard para el diagnóstico de la COVID-19) es una ligera limitación, pero considero que no empaña de manera significativa los resultados dada la alta incidencia de la enfermedad.
Miguel Arribas Delgado
Hospital Universitario de Getafe, R2
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