Inyección de n-Butyl-2-cianoacrilato en el saco aneurismático abdominal durante una reparación aórtica endoluminal previene las endofugas tipo II causadas por arterias lumbares

Título: Inyección de n-Butyl-2-cianoacrilato en el saco aneurismático abdominal durante una reparación aórtica endoluminal previene las endofugas tipo II causadas por arterias lumbares.

Artículo original: Miura H, Kurimoto Y, Maruyama R, et al. Injection of n-Butyl-2-Cyanoacrylate into the Abdominal Aortic Aneurysm Sac during Endovascular Aortic Repair to Prevent Type II Endoleaks Caused by Lumbar Arteries. J Vasc Interv Radiol. 2024; 35:676–686.

DOI: 10.1016/j.jvir.2023.12.573

Sociedad: Society of Interventional Radiology.

Palabras clave: n/a

Abreviaturas y acrónimos utilizados:  AAA (aneurisma de aorta abdominal), AMI (arteria mesentérica inferior), EFT1 (endofuga tipo 1), EFT2 (endofuga tipo 2), EFT3 (endofuga tipo 3), EVAR (Reparación endovascular de aneurismas), nBCA (n-butil-2-cianocrilato),

Línea editorial: En su último número de mayo 2024 la revista publica artículos, sobre todo originales, relacionados con el tratamiento intervencionista de la encefalopatía hepática y a la predicción de la iatrogenia de la misma. También dedica artículos a las endofugas tipo II, además del que reviso en esta ocasión. También encontramos varias publicaciones acerca del tratamiento del hepatocarcinoma, próstata y patología pulmonar y tiroidea, entre otros.

Motivos para la selección: La patología aórtica aguda es un espectro de entidades con una morbi-mortalidad muy elevada pero con una supervivencia cada vez mayor gracias a los tratamientos endovasculares. Esto viene acompañado de la aparición de complicaciones relacionadas con dichos tratamientos y las endofugas son una de ellas, además bastante frecuente en nuestra experiencia. Este artículo me ha llamado la atención porque estudiar sobre este tipo de complicaciones siempre es útil para reconocerlas mejor en nuestro día a día como radiólogos.  

Resumen:

La EVAR es una alternativa a la cirugía abierta en el tratamiento de AAA con menores tasas de morbi-mortalidad. Sin embargo, hasta un 10-20% de los casos requieren una reintervención en los 2 años post-tratamiento y la causa principal es el aumento del saco aneurismático debido a EFT2 en hasta el 40% de los casos, seguidas del 15% debidas a EFT1. Por otra parte, las EFT2 persistentes en el tiempo pueden ser causa de EFT1 y EFT3, propiciando también el aumento del saco aneurismático. 

Aunque muchas EFT2 son autolimitadas e, incluso, resuelven espontáneamente, no deben considerarse como benignas. 

El presente trabajo se trata de un estudio de cohortes, retrospectivo, no randomizado y unicéntrico con un total de 187 pacientes tras aplicar los criterios de inclusión y exclusión. Para el grupo control se contabilizó pacientes tratados mediante EVAR (81 pacientes) y para el grupo de tratamiento a los que, además, se administró nBCA en el caso AAA para embolizar arterias lumbares diana (106 pacientes).

La incidencia de EFT2 a los 7 días fue significativamente menor en el grupo de tratamiento (2,8%) que en el grupo control (28,4%). De la misma forma, el grupo de tratamiento mostró diferencias estadísticamente significativas con menor incidencia de EFT2, disminución del tamaño del saco aneurismático en 1 año y en ratio de tiempo sin crecimiento del saco y sin necesidad de reintervención. 

Muchos estudios sugieren que las EFT2 desaparecen espontáneamente en unos 6 meses, por lo que el tiempo óptimo para detectar las “EFT2 persistentes” permanece sin aclarar. 

En comparación con otras técnicas como la administración de agentes pro-coagulantes en el saco AAA o la embolización con coils de las AL, la administración de nBCA ha demostrado ser segura y reducir los tiempos de tratamiento y con ello los de radiación para el paciente.

Posibles efectos adversos son la disfunción motora por isquemia muscular o medular, que se reduce con la colocación de un balón en el cuello proximal del AAA durante el EVAR y así evitar la embolización distal. Otro posible efecto adverso es la isquemia intestinal por migración del nBCA a la AMI que se previene embolizando dicha arteria mediante coils, independientemente de su diámetro, antes de la administración de nBCA. 

Estos efectos adversos, potencialmente graves, hacen crecer la necesidad de establecer pacientes de riesgo que requieran prevenir la aparición de EFT2 mediante administración de nBCA.

Por lo tanto, reducir la incidencia de EFT2 previene el crecimiento del saco AAA y con ello, se consigue  reducir la incidencia de las EFT1 y EFT3, que son factores de riesgo conocidos para el crecimiento aneurismático y de rotura del mismo, consiguiendo así mejorar la durabilidad a largo plazo de la EVAR

El estudio tiene muchas limitaciones. La naturaleza del estudio (estudio de cohortes, retrospectivo, no randomizado y unicéntrico), los sesgos derivados de la edad de los pacientes y sus comorbilidades. El empleo de diferentes materiales para las EVAR. Diferentes momentos de desarrollo de la técnica en los que se trató al grupo control y el de tratamiento.

Valoración personal: 

Aunque con las muchas limitaciones que ya mencionan los autores, me ha gustado el artículo para conocer otra parte de las endofugas y su implicación en el seguimiento y el tratamiento de las mismas. Es necesario este tipo de estudios en un inicio para crear una base que permita futuras vías de investigación.

Creo que es de gran ayuda realizar revisiones donde los resúmenes aúnen datos importantes y resumirlos de forma que el lector del club bibliográfico saque una idea general del estudio y con ello decida si es útil acudir, o no, al artículo original.

Marlon Vasquez Burbano

Hospital San Pedro, Logroño, R3

vasquezmd1@gmail.com

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Publicado en Journal of Vascular and Interventional Radiology, Revistas

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