Valor diagnóstico de la TC de tórax, abdomen y pelvis en pacientes con lesiones cerebrales solitarias y múltiples

Artículo original: Richard K. Rothman, Jeffrey Weinreb, William Zucconi, Ajay Malhotra, Diagnostic Value of CT of Chest, Abdomen, and Pelvis in Patients With Solitary and Multiple Brain Lesions, 2020; 214:636–640.

DOI: https://www.ajronline.org/doi/abs/10.2214/AJR.19.22051

Palabras clave: brain, malignancy, neoplasm, workup

Sociedad: American Journal of Roentgenology (https://www.ajronline.org/).

Abreviaturas y acrónimos utilizados: Tomografía computerizada (TC), Tomografía computerizada  tórax, abdomen, pelvis (TC TAP), Tomografía computerizada tórax (TC T), Tomografía computerizada abdomen, pelvis (TC AP).

Línea editorial del número:

En la publicación mensual de la revista American Journal of Roentgenology de este mes se incluyen un total de 32 artículos, destacando aquellos centrados en el campo de la imagen cardiopulmonar, que comprenden 7 artículos, 5 de los cuales focalizan su atención en el estudio de patologías cardiacas con RM.

Asimismo, se publican dos cartas al director, una que trata sobre la educación de los radiólogos en el cuidado del lenguaje en cuanto a la terminología relacionada con el género de los pacientes, especialmente importante en aquellos casos de pacientes transgénero, y otra señalando los beneficios de la tomosíntesis digital de la mama en la reducción del índice de rellamadas; se publica también un artículo editorial que presenta los datos de la última encuesta realizada a los lectores de la revista durante el año 2019.

Motivos para la selección:

La búsqueda de un tumor primario es un motivo frecuente de realización de TC TAP. Sin embargo, y como se describe en este artículo, su verdadero valor, en lo que a la rentabilidad diagnóstica y a la relación coste-beneficio se refiere, no está claramente demostrado.

La elección de este artículo responde al interés de identificar las verdaderas indicaciones de las pruebas que realizamos a diario en nuestros servicios, considerando que algunas veces, en ciertas situaciones, deberíamos cuestionar si determinadas prácticas que venimos llevando a cabo con carácter habitual están correctamente indicadas o tendríamos que replanteárnoslas.

Resumen:

Las metástasis cerebrales son los tumores más frecuentes del sistema nervioso central.  Es por ello que cuando un paciente es diagnosticado de una lesión cerebral ocupante de espacio, está indicada la realización de una TC de extensión, incluyendo el estudio de TC TAP, para intentar identificar el origen primario de dicha lesión.

El cáncer de pulmón presenta una alta incidencia de metástasis cerebrales, siendo el responsable de la mayoría de las mismas; mientras que la incidencia asociada a otros tumores, como aquellos de origen abdominal, es mucho menor. Esto sugiere que la prueba más adecuada a realizar es la TC T, y que la TC AP tiene un papel limitado en la detección del tumor primario causante de las metástasis, siempre y cuando los pacientes no presenten síntomas secundarios indicativos de neoplasia a dichos niveles.

Este artículo trata de definir cuáles son las áreas de interés a estudiar cuando se detectan incidentalmente, por TC o RM, lesiones solitarias o múltiples ocupantes de espacio en el sistema nervioso central, sugestivas de tumor primario, de metástasis o, menos frecuentemente, de lesiones benignas.

Para ello se realizó una revisión retrospectiva, de los últimos 5 años, de todos los pacientes recientemente diagnosticados de lesiones cerebrales tanto intra como extra-axiales, incluyéndose un total de 287 pacientes. Esta revisión no contempla posibles hallazgos incidentales sugestivos de segundas neoplasias primarias ni hallazgos inespecíficos (por ejemplo; metástasis óseas).

Se valoraron diferentes parámetros de las lesiones cerebrales, como son: el número de lesiones encontradas, el tamaño (< 4 cm o > 4 cm) y la presencia de realce o hemorragia asociada. Asimismo, los pacientes fueron divididos en función de la edad en aquellos menores y mayores de 50 años. Los resultados demostraron que el beneficio de realizar una TC TAP en aquellos pacientes menores de 50 años con lesiones cerebrales que no presentaron realce fue muy bajo. Sin embargo, no se pudo establecer la necesidad o no de realizar un escáner en función del tamaño de la lesión.

Los resultados evidenciaron, además, que la mayoría de las lesiones cerebrales estudiadas se correspondían con lesiones malignas, de las cuales más de la mitad (60%) resultaron neoplasias primarias del sistema nervioso central; las restantes (40%) resultaron metástasis cerebrales, y tres cuartas partes de ellas tuvieron su origen en el pulmón. De ese 75% de metástasis cerebrales con origen pulmonar, la TC T detectó el 93% de las lesiones, 63 neoplasias pulmonares, además de una esofágica y otra gástrica. Sin embargo, del total de TC AP realizadas, solo en tres de ellas se encontraron signos sugestivos de neoplasia primaria, dos de origen vesical y uno de origen ovárico, presentando los pacientes en los tres casos síntomas secundarios, y dos de ellos antecedentes neoplásicos en dichas localizaciones.

Los resultados encontrados en este estudio son congruentes con los obtenidos en estudios similares referidos en el artículo, y con estudios similares realizados con el mismo objetivo, pero utilizando la PET/TC como prueba de referencia.

Valoración personal:

Se trata de un artículo retrospectivo que incluye un número adecuado de pacientes a estudio y que está bien diseñado y estructurado, mostrando, a su vez, tablas muy completas. No obstante, hay que reseñar que los datos analizados y las cifras mencionadas en el texto son muy numerosos, lo que hace que resulte, en algunas ocasiones, un tanto arduo.

Por otro lado, y aunque queda claro que la única prueba realmente eficiente a la hora de diagnosticar el origen primario de las lesiones cerebrales ocupantes de espacio es la TC T, la necesidad de realizar posteriores estudios de extensión de las lesiones primarias y el intentar disminuir las molestias que se pueden ocasionar a los pacientes al tener que citarles en más de una ocasión, no permiten establecer una guía de actuación que indique qué pacientes se beneficiarían de un estudio únicamente torácico o de uno completo de tórax, abdomen y pelvis. Para ello, se necesitarán más estudios que desarrollen sistemas de clasificación.

 

María Gredilla Sáenz

Hospital Universitario de Donostia

m.gredillasaenz@gmail.com

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Publicado en American Journal of Roentgenology

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